Hacia metas simultáneas

Hacia metas simultáneas

La economía, que adquiere vigor en su diversidad, y los esfuerzos con primeros efectos promisorios por levantar la educación del cese total a que fue llevada, bordean riesgos por una pandemia que desafía a autoridades y ciudadanos a permanecer centralizados en inmunizaciones, saludables distanciamientos mínimos y calidad en la atención hospitalaria pública y privada que por momentos aparece bajo mayor presión. El país está sometido en paralelo a líneas opuestas.

De un lado, las energías y necesidades de producir lanzadas hacia el dique de contención que las frenaba con sacrificios, y de otro, el azote y los riesgos por una temible enfermedad.

Junto al rebrote de voluntades impulsadas hacia fines remunerativos imprescindibles para satisfacer necesidades de primer orden, sumadas a las ansias indoblegables de esparcimiento, ha estado sin dormir el virus artero que aguarda la aparición de errores humanos y sociales que le permitirían aumentar su circulación.

La coexistencia con el mal para vencerlo paulatinamente, obliga a los comedimientos que preservan la salud sujetándose a los límites que, dictados por autoridades del orden público y de la ciencias médicas, muestran eficacia. Procede superar los episódicos endurecimientos restrictivos dando permanencia a la disciplina para avanzar hacia la normalidad que requiere una nación que debe estar salvada también de desgracias económicas.

Protección sin extremos

La permisividad, con ausencia de límites a la codicia que depreda, ha hecho mucho daño al ecosistema mermando la floresta, barriendo suelos fértiles, secando ríos y contaminando el aire, pero tales excesos no deben ser combatidos a posteriori con restricciones inspiradas por el fanatismo opuesto a dar cabida a los aprovechamientos razonables de recursos naturales.

Existe el desarrollo sostenible. Existen formas amigables de extraer riquezas del suelo y generar energía sin daños irreparables. Ámbitos de la ciencia han estado al servicio de causas ambientales dotando a empresas de tecnologías que reducen y mitigan los efectos adversos de explotaciones que antes eran de mayor impacto negativo. Deben, eso sí, permanecer firmes políticas de protección a cargo de autoridades responsables y el celo vigilante de los ambientalistas.

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