La movilización en gran escala de ciudadanos hacia las urnas para escoger alcaldes, directores de distritos, regidores y vocales municipales el 16 de febrero será de gran prueba para la maquinaria descentralizada que la Junta Central Electoral encabeza en los aspectos macro y tiene colocada sobre los hombros de 158 juntas municipales la marcha de la justa en cada jurisdicción. El éxito de estos objetivos institucionales y democráticos requiere la participación constructiva de las organizaciones partidarias y de sus competidores por cargos electivos. Que impere respeto a las reglas del juego y a los procedimientos que esas autoridades aplicarían para superar confusiones y tropiezos.

Previsoramente,esta vez habrá mayor número de colegios electorales y de horas hábiles para acoger una previsible asistencia menor de sufragantes por estar fuera de competencia los candidatos de los niveles congresuales y presidenciales. Con igual sentido previsor y en adición a los simulacros pautados, el tiempo de la cuenta regresiva debe aprovecharse para difundir profusamente con textos e imágenes, informaciones sintetizadas que familiaricen y faciliten la comprensión de las innovaciones en la forma de votar que resultarían sorprendentes para muchas personas de instrucción limitada. Con fluidez y transparencia habría menos motivos para impugnar con legitimidad resultados iniciales de los comicios.

Una obra contra viento y marea

Embestidos por recursos legales, protestas sociales y objeciones de especialistas, los constructores de una terminal de autobuses en el parque del Este nunca refrenaron sus actos. Aplanaron radicalmente el terreno que ya exhibe una estructura metálica voluminosa que debe haber costado mucho dinero de los contribuyentes por disposición del Ministerio de Obras Públicas, sordo a todo insistente reclamo y en burla a la majestad de tribunales,resistiéndose a un eventual estudio de impacto ambiental. De continuarse a partir de ahora los trabajos de edificación, sin que se conozca la autorización ambiental correspondiente, habría un irrespeto al Tribunal Constitucional que acaba de rechazar el recurso contra la ejecución de la sentencia de nivel inferior que originalmente colocó la prohibición de construir, que de nada ha servido.