¿Hacia una nueva Arquitectura Financiera Mundial?

¿Hacia una nueva Arquitectura Financiera Mundial?

Efectivamente, como señalábamos en el trabajo anterior, tanto el liberalismo en el funcionamiento de las finanzas nacionales en el mundo desarrollado – y en este caso principalmente en los Estados Unidos – como las internacionales, generalmente en una simbiosis brutal, crearon la dinámica que nos ha llevado a esta crisis que arrasa con medio mundo – y más – y nos golpea a todos.

Las consecuencias de esta dramática situación habrán de provocar un retraso de años en el esfuerzo de la lucha contra el hambre y la miseria. Esfuerzo que ya, de por si, se notaba estancado en la mayor parte del mundo llamado en desarrollo y cuyas metas se veían difícil de alcanzar. Tenemos ya un magnifico pretexto para justificar el fracaso y evitar centrar el problema en las verdaderas variables. Ese es otro tema.

Lo cierto es que los mecanismos globales que surgieron en Bretton Woods han estado actuando como órganos rectores y fiscalizadores de las políticas económicas de los países llamados en desarrollo. Imponían condiciones y presionaban con amenazas si no se ajustaban a las “normas” generalmente definidas.

Sin embargo, cuando los desarrollados incurrían en las mismas decisiones y debilidades aquellos mismos reguladores internacionales no exigían las correcciones de lugar y cuando en alguna que otra ocasión alertaban sobre las mismas lo hacían con suficiente timidez para que nadie pensase en aceptar la disciplina. El desorden y las consecuencias las tenemos a la vista.

No puede pensarse en un orden internacional creíble y funcional, con reglas generales y transparentes que obligue a todos, si el mismo pretende basarse en privilegios y exclusiones. La crisis que nos asola debe llevar al diseño de un nuevo esquema en el que, si bien algunos mantendrán determinados privilegios derivados de su peso especifico en la economía mundial, nuevos actores asumirán roles relevantes y ocuparan espacios.

Uno de los aspectos que viene provocando una gran preocupación dentro del esquema financiero mundial de hoy día es la presencia de los llamados paraísos fiscales y su utilización para mas de una actividad ilegal. No todas ellas de carácter mafioso, sino algunas que son parte del rejuego de la sociedad de consumo: la evasión de impuestos y de otras obligaciones.

Sin embargo, lo contraproducente es que una buena parte de esos “paraísos” funcionan en territorios bajo jurisdicción de grandes potencias.

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