Haciendo números

Haciendo números

POR ARTURO MARTÍNEZ M.
Los economistas nos dividimos en dos, los profesores, los que teorizan en las aulas, los que enseñan a los estudiantes muchísimas cosas escritas por los guruses de la economía, teorías que cuando se miran bien no tienen sentido, como lo de la competencia perfecta, los mercados agregados, el equilibrio general, etc. etc., y por otro lado, los que se dedican a vender política económica.

Los que están en las instituciones públicas, todos sin excepción, y los independientes, somos vendedores de política económica. Mientras los del gobierno, sin importar el costo, se afanan en demostrar que su política es la correcta, que no se han equivocado, independientemente de lo que diga la realidad, los independientes tratan de presentar las cosas lo más imparcial posible, pero siempre vendiendo su concepto. En eso estamos claro.

Ahora el problema se presenta con las cifras del crecimiento de la economía. Sin dar una explicación al aumento del desempleo, el gobierno y el Banco Central siguen diciendo que todo marcha bien, mientras los economistas independientes demuestran que la producción, el empleo, en fin el bienestar del dominicano, sigue empeorando. Aparentemente son pensamientos encontrados dentro de una misma profesión pero en realidad no es así, el sector oficial está consciente de que la situación económica ha empeorado, que su política económica ha fracasado, pero cree que políticamente le conviene decir como el economista Feldstein, cuando era Presidente de los asesores económicos del gobierno Reagan, que “nada sabemos por lo tanto nada podemos”.

Es una manera de eludir el bulto, porque la medición de la realidad económica, a través del método indirecto, ha sido rechazado por el  FMI, las Naciones Unidas, el Banco Mundial, entre otros organismos internacionales, por escrito le han recomendado al Banco Central el uso del método directo para cuantificar las cuentas nacionales, es decir, le han dicho que se modernice. Esos organismos han reconocido que se ha producido un retroceso en la forma como se calcula las cuentas nacionales en República Dominicana, el Banco Central se había modernizado implementado la nueva metodología, pero sin decírselo a nadie, sin hacer ruído, los economistas oficiales decidieron volver al viejo método cuando asumieron el 16 de agosto de 2004. Porqué lo hicieron, si sabían que estaban dando un paso hacia atrás? La respuesta es sencilla, son vendedores de política económica, y la que aplicaran debía arrojar resultados positivos aúnque fuera en papel, como en efecto ha sucedido. Los resultados maquillados los garantizaba la vieja metodología, y los vendedores oficiales de política económica sólo debían repetir, y hacer que se repitiera, la palabra “confianza”, acudiendo a Freud.

Pero olvidaron que tenían una responsabilidad a la que no podían rehuir sin consecuencias, calcular las actividades económicas con cifras creíbles, que reflejaran lo que estaba pasando en la economía. Que las cifras fueran transparentes, para tomar prestado el término a los hombres de aduana y a los organismos represivos. Cuando decidieron la contra-reforma, volver al viejo método, parece que no midieron bien el costo, que tiene varias vertientes. Por un lado, las cifras tienen poca utilidad para el diseño y aplicación de nuevas políticas. Si la estimación se hubiese hecho con la metodología directa, la que ya estaba en vigencia, las cifras hubiesen servido para apreciar la validéz de la política, conocer si se andaba por el camino correcto ó el equivocado. La dependencia del poder político de turno es otro costo, ahora hay que consultar para pasar a la metodología moderna, porque los nuevos resultados no serán de su agrado. arroja resultados muy diferentes.

A diferencia del médico, ingeniero, abogado, biólogo entre otros profesionales, los economistas académicos y los que venden política económica, no estamos en capacidad de calcular nada exacto, hay que admitirlo, ni lo que pasó pero tampoco lo que se espera, es decir, que tampoco podemos predecir con confianza precios, cantidades y valores, cuando se supone que para eso estamos entrenado. El problema es que tenemos muchos modelos, para todos los gustos, modelos que dicen conducir a determinado sitio y que al final no conducen a ninguna parte, porque los resultados dependen de supuestos. Es cierto que la economía no es la ciencia de la cartomancia, pero al menos estamos en la obligación de intentar estimar cantidades, precios y valores de la mejor manera posible, y si se ha demostrado que el viejo método de cálculo de las cuentas nacionales es totalmente obsoleto, que no refleja la realidad, desde el punto de vista técnico es difícil explicar porqué las autoridades insisten en su uso.

Desde que Simon Kuznets en la década del cuarenta del pasado siglo desarrolló la teoría, en cualquier país el PIB ha sido una medida incompleta de la actividad económica, pero se acepta como un indicador siempre que cumpla con el requisito de haber sido computado con una metodología aceptable internacionalmente. La medición es incompleta por lo general porque no sólo ignora las transacciones de los pequeños y muy pequeños negocios, también las de los mercados sumergidos para decirlo con palabras elegantes. Y si a propósito, como ocurre en el caso dominicano, se dejan fuera actividades importantes que fácilmente podrían computarse, y las pocas que se miden aportan más de la cuenta porque se manejan las ponderaciones, no hay manera de que el PIB resultante pueda reflejar fielmente la actividad de las familias.

Vichy, en la Francia de su época, y para complacer al principe, multiplicó por diez el número de funcionarios del futuro régimen. Es que las estadísticas siempre han estado al servicio del político en el poder, y el reto de los hacedores de las cuentas nacionales es mantenerse alejado de ese servicio, lo que es perfectamente posible, si se quiere. Es entendible que el Banco Central quiera insuflar positivismo para que se confie en su política monetaria, es parte del objetivo que persigue insistiendo que ha habido crecimiento donde hay decrecimiento, que todo va bien a pesar de la borrasca, y también se acepta que a medida que la política sea extremadamente restrictiva, las noticias buenas se repitan para que se oiga en todos los rincones, pero lo que no puede ser es que las que no son positivas se conviertan en tales por arte de magia. Cuando las cifras son negativas, así deben quedarse, para que podamos luchar juntos y cambiarlas  en el menor tiempo posible. Si la verdad no flota, porque se le pone una pesa, no hay manera de que podamos contribuir para variar el sentido de la economía. Pero pasemos revista a las variables que el Banco Central dice que aumentaron en enero-junio del 2005, y las razones que expone.

Comienza exagerando la participación del gasto de consumo personal, porque en cualquier cómputo que se haga, sin importar lo que se intente medir, decir que una cuenta “zafacón” representa más del 60%, equivale decir que se desconoce la composición del 100%. Eso sucede con la economía de enero-junio del 2005, no se puede decir que aumentó 5.8%, porque se desconoce lo que representa más del 60% de ese crecimiento. Como no hay explicación para ese 60%, y no lo puede haber porque en realidad se desconoce de qué se trata, entonces las autoridades del Banco Central no pueden decir, como dicen, que el consumo personal aumentó 12.6%, atribuyéndo el crecimiento a los salarios reales que dicen aumentaron, y al crédito de consumo que también alegan aumentó, porque aún siendo verdad que las variables hayan aumentado, son explicaciones que necesariamente no pueden relacionarse con la evolución del consumo personal, porque se ha  estimado por diferencia, como una cuenta “zafacón”.

Lo sensato, porque la gente así lo siente, es que se diga que el consumo personal se redujo, por efecto de la baja en el poder de compra del salario, porque si bien el salario nominal aumentó, los precios se quedaron colgando, y porque el efectivo en manos del público-y no el medio circulante como cita el Banco Central-decreció de manera significativa. Decimos que el gasto de consumo pesonal es una cuenta “zafacón”, como dicen los contables, porque el Banco Central lo estima como diferencia entre el PIB, que de manera global previamente ha sido estimado, y el estimado que también hace del consumo y la inversión del gobierno, de la inversión privada y del comercio exterior (exportaciones e importaciones). El gasto de consumo personal así cuantificado lo único que hace es reflejar el nivel de desconocimiento que tienen las autoridades del tamaño de la economía, y de su variación de tiempo en tiempo.

Otra inconsistencia se presenta con el sector comercio, que creció 14.9 por ciento, superándo el de los últimos dos años. Se apoyan en que las familias aumentaron las compras en los supermercados, en la evolución positiva de las importaciones de bienes de consumo, principalmente de vehículos de motor, y del aumento del crédito bancario personal. Pero resulta que caen en doble contabilización, los efectos positivos ya habían sido captados por el pretendido incremento en el gasto de consumo personal. El crédito bancario personal aumentó porque se incrementó la demanda de vehículos nuevos en las ferias de los bancos comerciales. También hay doble cómputo cuando tratan de justificar un crecimiento de 6.1% en transporte, argumentan que se registraron nuevos vehículos en la Dirección General de Impuestos Internos, pero resulta que el aumento en la demanda de vehículos se computó en el aumento del gasto de consumo personal. La doble contabilización es uno de los problemas típicos que se presenta cuando se tiene una cuenta “zafacón” tan grande.

La inconsistencia continúa con las comunicaciones, con una representación de casi 16% del PIB, aparece con un crecimiento de 24.3 por ciento, y no porque los sueldos y salarios pagados, intereses, alquileres y demás factores aumentaron, sino por el aumento del número de aparatos instalados en las oficinas y en los hogares así como de celulares. La cuenta la hacen de un sólo lado, no registran el número de aparatos y de celulares retirados, y los que simplemente se quedan fuera de servicios, que también son muchos. Es decir, no trabajan con el neto. Los representantes del sector dicen que apenas creció 0.75%, y que con ellos el Banco Central nunca se ha sentado a revisar el valor agregado de la actividad. Como hemos dicho, el Banco Central hace el cálculo indirecto, cuentan las patas del caballo y la dividen por cuatro. Citan una extraña justificación del crecimiento, la evolución positiva del índice de campaña publicitaria de las cuatro compañías, queriendo decir que si el indice aumenta también aumenta el PIB de comunicaciones. En cuanto a que representa casi el 16% del PIB, para darnos cuenta de que no puede ser, basta con decir que la DGII estaría muy contenta de que fuera así, porque el aporte que el sector hace al fisco dista mucho de ese porcentaje, y ahí tendría una fuerte evasión fiscal. El sector de las comunicaciones no puede aceptar esa participación en el PIB, porque como no es verdad le está creando un problema fiscal muy serio.

Decir que turismo aumentó 6.1 por ciento, porque llegaron más turistas y que esos turistas eran más gastadores que los del año anterior, aún teniendo los mismos orígenes y ser de las mismas clases sociales, y que aumentó el ingreso de divisas en la balanza de pagos, es olvidarse de la sobre-valorización del peso, el aumento de salario, y en general, del costo de operación de los hoteles que se incrementó. Como se vive en un país más caro, el aporte neto en divisas del sector a la balanza de pagos, en lugar de aumentar, más bien se redujo, y lo explica la queja de los hoteleros que tienen problemas para cuadrar sus cuentas.

MANUFACTURA

En cuanto a la manufactura, el Banco Central mide el sector a través de diez y seis productos, y porque aumentó la producción de cervezas, cemento, aceite, harinas, leche y pastas alimenticias, concluye que el sector se expandió en el semestre, aúnque ligeramente. Osea que menos del 38% de los productos de una muestra obsoleta explican el crecimiento del sector. Parece que estamos viviendo en la economía de 1920, cuando los americanos gobernaban, para esa época la manufactura también crecía, si se comía más harina, se tomaba más leche y bebida alcohólica. Por lo menos no dicen que la producción de zonas francas aumentó, aúnque minimizan la pérdida de empleos, refieren la pérdida de 8,517 puestos de trabajo, mientras ADOZONA afirma que el número supera 30,000. El problema, nuevamente, es el cálculo indirecto, porque en lugar de levantar el dato directamente en los parques de zonas francas, se llevan de lo que dice la Secretaría de Trabajo, donde no se reporta el 50% de los despidos.

Porque se apoyan en una muestra obsoleta, desfasada y que no es representativa, por la existencia de doble contabilización en muchos sectores y productos, porque la ponderación de productos y sectores no representa el peso relativo que tienen en las actividades económicas, y porque los cálculos se hacen de manera indirecta, principalmente en cuanto al gasto de consumo personal, sostenemos que no es creíble el crecimiento de 5.8% en el semestre enero-junio del 2005. Entonces, cuál sería el crecimiento de enero-marzo del 2005? Como los comerciantes dicen que sus ventas cayeron en 50%, entonces no es verdad que el sector creció, independiente de que la baja fuera menor. En cuanto a las comunicaciones, las cuatro compañías dicen que el crecimiento del valor agregado apenas creció 0.75%, y los hoteleros tienen computado decrecimiento en su actividad. Incorporando esas informaciones, y usando la ponderación sectorial recomendada en la nueva metodología, el crecimiento del PIB en el semestre enero-marzo 2005 se reduce a menos del 1%, lo que quiere decir que la economía se mantiene en una prolongada recesión, porque el crecimiento del primer semestre del 2004 fue de 2.6%.

Ese nuevo resultado no extraña, Roberto Luis Olinto Ramos, consultor del FMI, en su informe al Banco Central comprobó que con el método indirecto el crecimiento acumulado en el periodo 1996-2004 había sido de  38.1%, así como está publicado, y que usando la metodología moderna el crecimiento acumulado se reduce a 24.3%. La diferencia, un exceso de crecimiento de 10.8%. No hay que agregar más nada.

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