La Novena Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, California, brindó al presidente Luis Abinader oportunidad para exponer ante representantes de naciones amigas los «tres tres temas urgentes que amenazan el bienestar y el crecimiento» de la República Dominicana.
Por la naturaleza y contundencia de las actuales adversidades, descritas por el primer mandatario como causantes de una «economía de guerra», la lista de apremios nacionales estuvo dirigida razonablemente a Estados Unidos.
Sin la solidaridad de la potencia líder de Occidente el cónclave concluido ayer resultaría improductivo para República Dominicana situada en primera fila del área de influencia de EUA.
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El primer mandatario reclamó con dignidad apoyo para capear el impacto de la guerra en Ucrania generadora de una crisis global de comercio que amenaza la seguridad energética y alimentaria local.
Urge obtener concesiones crediticias y facilidades para movimientos económicos entre ambos socios de estrechos vínculos estando el país obligado a incurrir en excesivos gastos para mitigar daños.
El país es eficiente en perseguir el narcotráfico pero requiere cooperación estadounidense para enfrentar internamente la criminalidad asociada a drogas que cobra fuerza.
Una vez más, y con sentido de la realidad y de las obligaciones de otros Estados con la zona del Caribe, el gobernante demandó el fin de la inercia que muestra la Comunidad Internacional ante la dramática situación que vive Haití.