Hacinados,  patólogos del país  indagan las  causas de muertes

Hacinados,  patólogos del país  indagan las  causas de muertes

El, de por sí, riesgoso oficio  que realizan los   37 médicos  que se forman en el Instituto Nacional de Patología Forense de Santo Domingo es mayor por las condiciones de hacinamiento  en que hacen las autopsias.

También, porque además sus horas de descanso y de almuerzo las pasan en una estrecha habitación contigua a la morgue.

El doctor Santos Jiménez Páez, director del Instituto, mostró a periodistas de Hoy el reducido espacio que los fuerza a trabajar hacinados, apiñados, expuestos al peligro de enfermarse, y entre miles de expedientes en los archivos.

 La sala donde  intervienen los cadáveres,  la nevera, las tuberías, los pasillos y toda la vieja estructura de  1989 están destartalados, como los  archivos de papeles y folders. ¿Compuqué..?

Distinto  a una época en la que los gusanos y el hedor se propagaban por doquier, el Instituto está limpio y en el mismo se percibe sólo  el fuerte olor a formol y a otras sustancias químicas.

Fuera de la instalación, el área de estacionamiento resulta pequeña para la  cantidad de personas que concurren allí a diario,  generando conflictos entre parqueadores y  visitantes.

 Es urgente construir una edificación donde ese trabajo sea realizado  con dignidad, dijo el doctor Jiménez Páez, quien observó  que la labor  y la cantidad de médicos patólogos y residentes  han sido  triplicadas.

Precariedad económica.  Los recursos son escasos, pues cuentan con sólo RD$250,000 de subvención mensual, cuando  el costo de intervenir un cadáver es alto. Aunque  Jiménez Páez no lo cuantificó, citó el ejemplo de que para un médico intervenir un cadáver  debe desechar  los guantes por lo menos cinco veces, la mascarilla dos veces y usar  hasta diez bisturíes. A esos gastos se añaden las pruebas que  deben ser hechas  a los cadáveres, tales como VIH y hepatitis C, que son  obligatorias.

Otro gasto. Muchos  cadáveres no son retirados, por lo que el Instituto debe disponer de  dinero para enterrarlos, dijo,  al destacar que cada caso de estos puede  costar  RD$8,000.

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