En 1972, recién llegado de España, país donde cursaba estudios de Teatro y Sociología, Haffe Serulle decidió dedicarse en cuerpo y alma al teatro dominicano.
Apenas había tomado un respiro cuando el dramaturgo se volcó en la creación de grupos teatrales. En noviembre de ese año empezó a trabajar en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y formó su grupo de teatro. Desde entonces no ha parado de trabajar y esto le ha llevado a forjar una trayectoria de 41 años de vida teatral.
La primera obra que Haffe montó en su terruño fue una adaptación del poema Hay un país en el mundo, de Pedro Mir. Un montaje que ya estaba hace tiempo en la mente de este artista nacido en San Francisco de Macorís el 13 de noviembre de 1947. A esta presentación, realizada en 1973 en Santiago, y presentada luego en la capital, asistió el poeta.
La leyenda de un pueblo sin cabeza, de ese mismo año, fue la primera obra de su autoría, la cual exhibió en la UASD.
Todos los trabajos que hago son de mi autoría, salvo algunos, que son adaptados, explica el autor que en su largo caminar por el teatro ha presentado entre 32 y 35 obras.
Su trabajo ha estado caracterizado por la identificación que siente con los problemas que aquejan a la sociedad dominicana.
De niño vi sufrir al pueblo, a los campesinos, cuando vivía en el campo. Conozco su tragedia y me identifiqué con ella. Por eso decidí dedicarme al arte para identificar esa tragedia y transformarla en expresión artística, señala al mismo tiempo que aclara que su obra no es panfletaria ni política.
Teniendo en cuenta esto, el dramaturgo asegura que no hace teatro por hacer teatro, sino porque es una necesidad vital para él. Este es el vehículo más idóneo que tengo en mis manos para expresarme, expresar mis inquietudes, expresar lo que el mundo quiere decir y no puede.
Inaugura festival. Hoy, a las 7:00 de la noche, el Ministerio de Cultura inaugura el III Festival Nacional de Teatro, y lo hace subiendo el telón para presentar su obra De arriba abajo.
Serulle refleja en esta pieza la eterna lucha por el poder y lo hace a través de una historia espectacular de un reinado con un rey zanquero que quiere que el pueblo actúe como él.
Me satisface que mi obra inaugure el festival. Creo que todas las obras que están participando reúnen las condiciones para estar en él. Le auguro un gran éxito al festival de teatro y espero que todo el pueblo se integre a esta jornada que es una fiesta para los teatristas, pero también un gran sacrificio y un gran reto para la gente que hace teatro hoy día, indica el dramaturgo.
Luchador. El significado de su nombre en árabe es Andar descalzo, y así dice Haffe que ha estado en ocasiones por tropiezos en la vida.
En algunas ocasiones nos ha tocado; andar descalzo significa buscar las raíces culturales del pueblo, asumirlas, interpretarlas y luego convertirlas en expresiones artísticas. Eso es lo que hemos tratado de hacer a lo largo de nuestra vida, señala el exitoso dramaturgo, quien ha luchado por plasmar en sus obras la problemática dominicana.
Serulle dijo que su gran satisfacción ha sido encontrar jóvenes dispuestos a enfrentar toda la problemática con que se enfrentan los artistas en una sociedad tan atrasada como esta.
Y como todo soñador, él tiene un sueño: ver decenas de grupos de teatro en trabajo continuo y en desarrollo.
Esto no depende de mí, sino del Estado, que debe entender que esta es la manifestación del arte más vieja de la historia. Me gustaría que el teatro sirva como instrumento de educación al proceso de desarrollo integral del pueblo dominicano, afirma Haffe.
Mientras eso se logra, el dramaturgo seguirá usando su arte al servicio de la sociedad dominicana.