Que no quepa duda. Tal y como expresó el Presidente Leonel Fernández antier, el cambio climático es la principal amenaza para la supervivencia de la humanidad. Esta preocupación, tiene especial sentido para naciones como la nuestra con amplios sectores en precario acceso a servicios de salud, educación y de empleos para enfrentar con esperanza el explosivo crecimiento poblacional. A esos males de actualidad, y que deberían resolverse antes del fin del mundo, se agrega ahora la incertidumbre que se proyecta hacia el porvenir por los excesos irresponsables del mundo industrializado que con sus consumos e ineficiencias es el principal causante de daños al planeta.
No debemos, sin embargo, dejar espacio a la resignación y al pesimismo. Es promisorio un giro importante en la política de Estados Unidos que enmienda sus pasos y se compromete más con los objetivos de protección al medio ambiente, superado el ciclo republicano que se resistía a dar importancia a la ecología. República Dominicana debe asumir también sus propias metas conservacionistas en relación a ríos, lagos, bosques y costas. Tenemos que detener procesos contaminantes con el tratamiento de aguas negras e imponer reglas contra las emisiones de gases nocivos, en particular de los que provienen de vehículos de carga y pasajeros que dañan libremente el aire que respiramos.
Brugal y sus premiaciones
La Fundación Brugal cumple cada año su encomiable tarea de reconocer y estimular las actividades que en favor de la sociedad desarrollen diversas entidades en todo el país. Nos referimos a los premios que ahora llevan el nombre del distinguido fundador ya fallecido de esa fundación, don George Arzeno Brugal, entregados recientemente en su XVIII edición. Encomiable forma de honrar y respaldar el esfuerzo altruista y tesonero de gente laboriosa que se preocupa y actúa por el prójimo.
Pero como honrar honra, los galardones de la Fundación Brugal, que incluyen aportes materiales importantes, ponen también en alto el apellido. Reafirman que la razón social que dio origen al patronato cree mucho en su país y respalda a los núcleos humanos que en ingentes tareas procuran mejor futuro a sus comunidades. Brille este ejemplo para otras empresas que deben también abrazar con desprendimiento las causas sociales.