La vecina República de Haití está ante una nueva crisis política y entre las causas está la incertidumbre en que han quedado las elecciones legislativas, que debieron celebrarse el 26 de octubre de este año y que fueron aplazadas sin fecha fija y sin aparente justificación. El Gobierno de Michel Martely ha echado por la borda el acuerdo suscrito a comienzos de este año con la mayoría de los partidos políticos, cuyo propósito era destrabar los comicios.

Históricamente, toda crisis política en Haití repercute, de alguna manera, en la República Dominicana. En el caso actual, la inestabilidad puede tener efectos negativos sobre las negociaciones entre los dos países, en procura de lograr acuerdos comerciales de amplio alcance. La renuncia del primer ministro Laurent Lamothe obliga a reprogramar la coordinación de los negociadores haitianos, algo que podría ralentizar la marcha de las conversaciones.

Al margen de esas cuestiones de carácter binacional, en el plano interno lo peor que le podría ocurrir al pueblo haitiano es una crisis derivada del hecho de que el Gobierno no ha sido capaz de respetar el rigor institucional. Y en nuestro caso, como interlocutor obligado en el destino haitiano, esperemos que los políticos del vecino país logren entenderse por la vía del diálogo y puedan empujar a coro para sacar a su país del atraso integral en que se encuentra.

NUESTRAS EXPORTACIONES

Según cifras del BID, las exportaciones dominicanas cerrarían este año con un crecimiento de 7%, que sería el tercero más alto entre 18 países latinoamericanos. Esa tasa solo es superada por Nicaragua, con 10%, y Ecuador, con 8%, y estaría pareja con la de Bolivia. Sin embargo, el hecho de que en términos absolutos este crecimiento ha sido altamente influido por las exportaciones de oro, que repuntaron un 35%, es indicador de que el país tiene que hacer mucho más énfasis en mejorar la posición de los otros bienes exportables, sobre todo las manufacturas.

Hay que eliminar las deficiencias del sistema eléctrico y las dificultades para obtener créditos que siguen afectando a productores y exportadores. En términos relativos estamos bien plantados en exportaciones, pero con muchas asignaturas pendientes.