La anomia de todos los gobernantes post Joaquín Balaguer ha contribuido a que el incordioso vecino Haití domine a RD por la consentida invasión pacífica de sus nacionales, socavación peligrosa de la soberanía nacional que demuestra no preocupar un bledo a estos gobernantes.
El vespertino El Nacional viene publicando certeros reportajes de la masiva presencia y ocupación por haitianos indocumentados en poblados de Pedernales y otros lugares, sin que ninguna autoridad, Ministerio de Defensa, que por ley le faculta el deber sagrado de preservar la soberanía nacional; Interior y Policía; la Cancillería, y una mentada Dirección de Comunidades Fronterizas.
Todos guardan silencio, empezando por el presidente Danilo Medina, el primer gran responsable de tolerar la socavación del patrimonio soberano de la República, omitiendo ordenar providencias para detener el deterioro y desaparición como país de la República Dominicana.
Esta agresión como nunca antes de nuestra soberanía en ascuas, es posible explicarla vía del interés económico de no contrariar al incordioso vecino para no alterar el flujo exportador por sobre los US$l,000 millones anuales, prueba de que ningún sector empresarial, CONEP, AIRD, Cámara de Comercio Dominico-Americana, como tampoco Participación Ciudadana ni alguna ONG, han denunciado el exterminio gradual de la soberanía nacional.
Esa pecaminosa, abyecta y condenable trama de todo el denunciado entramado que conspira para liquidar la soberanía dominicana que costó entre l844-l856, una jornada de 29 batallas, reyertas, escaramuzas y pleitos a los prohombres que forjaron a RD, se obvia, desconoce y es burlada, por el apelativo económico de un grupo de elementos anti patria, con el aval de los presidentes Leonel Fernández y Danilo Medina.