La violencia en Haití se mantiene, las bandas continúan con su dominio cuasi absoluto de la capital, pese a la instalación de un nuevo gobierno de transición, que en la primera semana ha dejado más desacuerdo que armonía.
En ese sombrío contexto, la nación caribeña más paupérrima de la región, trata de ver una luz al final del túnel, sobre todo tras el anuncio de Bahamas, de que el próximo 26 de mayo, Kenia comenzará con el envío de policías para enfrentar a las pandillas y su poderío.
Estos grupos criminales, armados hasta los dientes, han expresado su rechazo a esta incursión, aprobada ya, por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y que cuenta con la bendición de la mayoría de países.
Pero para algunos, esto debió ser el primer paso en busca de subsanar la crisis más aguda de la historia en Haití, como lo es la inseguridad y violencia, representa el mayor riesgo para las nuevas autoridades, llamadas a convocar elecciones y reencausar al país por la senda de la democracia.
En total, son más de 1,000 efectivos policiales los que estaría enviando Nairobi a Puerto Príncipe, aunque en esta ocasión, la primera partida sería de unos 200, quienes deberán comenzar con el proceso de estabilización de manera inmediata.
Sin embargo, esa misión no es tan fácil como lo plantean los organismos que la conforman, ya que, hay factores como el poderío de estas mafias, que ponen en riesgo incluso, el éxito de la incursión, apoyada por grandes potencias como Estados Unidos y Canadá.
División en el nuevo Consejo Presidencial
Un anuncio inesperado que reveló al nuevo primer ministro de Haití amenazaba con fracturar el recién instaurado consejo de transición encargado de elegir nuevos líderes para el país caribeño, castigado por la violencia de las pandillas.
Cuatro de siete miembros del consejo con poder de voto dijeron el martes que habían elegido a Fritz Bélizaire como primer ministro, un anuncio y una alianza política inesperados que tomaron por sorpresa a muchos haitianos. Los consejeros que se oponen a Bélizaire, que fue ministro de Deportes de Haití durante la segunda presidencia de René Préval entre 2006 y 2011, estudian ahora opciones como impugnar la decisión o renunciar al consejo.
Una persona con conocimiento directo de la situación, que no quiso ser identificada porque las negociaciones seguían en marcha, dijo que la decisión imprevista suponía una violación del acuerdo político del consejo, y que algunos miembros del consejo barajaban a otras personas para el puesto de primer ministro.
El consejo tenía previsto celebrar una votación el martes y elegir a su presidente. Pero dos horas y una elaborada disculpa después, uno de sus miembros dijo que no sólo se había elegido a un presidente del consejo, sino también a un primer ministro. Un murmullo se extendió por la sala.
Así explicaba esta semana la agencia EFE, que le ha dado un seguimiento riguroso a la situación, desde que la crisis haitiana se agudizó, con el magnicidio d Jovenel Moise, el 7 de julio del 2021… desde entonces, Haití no ha vivido en paz.
La crisis humanitaria
A estos ingredientes, que componen una bomba de tiempo en ebullición desde hace años, se le suma la grave crisis humanitaria, que se ha traducido en miles de desplazados y más de dos millones de niños en estado de vulnerabilidad y amenazados por una hambruna que asecha sin compasión.
Los puertos permanecen cerrados, por lo que de fuera no llega nada desde hace semanas, el aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, recibió apenas el primer avión en casi dos meses y no precisamente para traer alimentos, sino para reforzar la embajada de los Estados Unidos.
La crisis es aguda, el panorama es incierto y de no lograrse un consenso con urgencia, la agitada nación pudiese estallar de manera incontrolable, aunque las soluciones no pintan menos violentas, ya que las misiones internacionales, lideradas por Kenia, no llegarán a Puerto Príncipe para entregar ramos de flores a las bandas, por lo que las nuevas autoridades tienen un reto mayor, para los próximos días.