Haití. — En el extremo más occidental de Haití, 300 pacientes con heridas infectadas yacen tendidos en silencio sobre las camas del principal hospital de la localidad costera de Dame Marie mientras esperan la llegada de medicamentos, una semana después de que el huracán Matthew barrió la remota península.
Entre los heridos estaba Beauvoir Luckner, un zapatero y campesino que caminó 12 kilómetros (7 millas) en tres días después de que un árbol aplastó su pierna y mató a su madre al caer sobre su casa. Podrían tener que amputarle la pierna pero, por el momento, lo único que pueden hacer los médicos es limpiarle las heridas porque el hospital se ha quedado sin suministros, incluyendo analgésicos.
«No hay agua, no hay antibióticos», dijo el doctor Herby Jean a The Associated Press. «Todo está agotado (…) Oímos helicópteros sobrevolándonos, no estamos recibiendo nada».
Tampoco hay electricidad y la frustración crecía el martes por que aunque la comida, las medicinas y el agua siguen llegando a la principal ciudad de la región, sigue tardando en alcanzar comunidades cada vez más desesperadas como Dame Marie.
Mientras, en una comisaría de policía que sirve de clínica improvisada en la localidad de cercana de Marfranc, Darline Derosier sujeta goteros en los barrotes de las celdas, limpia la frente a los enfermos de cólera y atiende las heridas que sufrieron otros durante la tormenta.
Hasta que lleguen refuerzos, es la única sanitaria para ayudar a unos 40 pacientes en el interior de la sede policial. Entre sus pacientes hay una anciana tumbada inconsciente sobre el suelo de una celda con una pierna envuelta en un trapo viejo y un hombre heridas en el cuello y los ojos brillantes.
«La gente morirá pronto si no recibimos alguna ayuda», dijo una sobrepasada Derosier a la AP.
La agencia humanitaria de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, hizo un llamamiento urgente el lunes para recaudar 120 millones de dólares en ayuda, apuntando que solo en el suroeste del país unas 750.000 personas necesitarán «asistencia vital y protección» en los próximos tres meses. Funcionarios de la ONU dijeron antes que al menos 1,4 millones de personas en toda la región precisan asistencia y que un total de 2,1 millones se habían visto afectadas por el meteoro. Unas 175.000 siguen alojadas en albergues.
Ante la falta de suministros, funcionarios dijeron que jóvenes que viven al pie de la carretera que une las ciudades de Les Cayes y Jeremie, dos de las más golpeadas por Matthew, construyen barricadas de piedras y ramas para obligar a las caravanas de ayuda humanitaria a detenerse.
En la sede nacional de la Agencia de Protección Civil en Puerto Príncipe, la capital de Haití, se elevó la cifra oficial de fallecidos en el país a 372 personas, entre ellas 198 en Grand-Anse. Las autoridades locales sostienen que la cifra de muertos supera los 500 solo en esa región.
La ONU advirtió además que el huracán ha aumentado el riesgo de un repunte en el número de casos de cólera. El brote de la enfermedad, activo desde 2010, ha matado ya a unas 10.000 personas e infectó a más de 800.000.
Según Roosevelt Zamos, de la Agencia de Protección Civil, solo en Jeremie hay 40 casos de cólera. Ocho personas fallecieron a consecuencia de la enfermedad en el departamento de Grand-Anse desde la tormenta, agregó.
Los síntomas del cólera pueden tardar entre 12 horas y cinco días en aparecer después de ingerir alimentos o agua contaminados, según la Organización Mundial de la Salud.
El centro de tratamiento del cólera al aire libre en el principal hospital de Jeremie no tenía agua corriente el lunes, y al menos una docena de nuevos pacientes tenía menos de 10 años.
Thiery Francois, el principal médico del Ministerio de Sanidad en el centro, desconoce el número de casos nuevos provocados por Matthew en todo el país.
«Sin duda hay casos que desconocemos», dijo refiriéndose a las zonas que siguen aisladas.
Residentes en la comunidad costera de Les Anglais y en zonas colindantes denuncian que la ayuda no les llega. Una ONG intentó distribuir suministros de primera necesidad en barco el domingo pero se vieron obligados a retroceder después de que la multitud que los esperaba comenzó a pelear.
Se estima que 158 personas fallecieron en Les Anglais, dijeron dos policías que rechazaron ser identificados porque no estaban autorizados a hablar con los medios.
Francis Jean, un granjero y taxista de 42 años, esperaba recibir ayuda después de sobrevivir a la tormenta junto a su esposa y sus tres hijas. Perdieron su casa y todas sus pertenencias.
«Ni siquiera se puede explicar lo que pasó aquí. Nunca había visto algo así en mi vida», dijo. «Este pueblo ya no existe. No hay nada».