BRASILIA (AFP).- El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes que la ayuda a las víctimas del maremoto que devastó Asia no debía desviar la atención internacional de la situación en Haití, que está «sufriendo un tsunami socio-económico desde hace doscientos años». «No podemos dejar de lado a Haití, que en realidad está sufriendo un tsunami socio-económico desde hace doscientos años; son 30.000 niños que mueren por año en Haití, casi tantos como murieron ahora (en Asia).

No es una exageración ni una figura de retórica (…)», afirmó el ministro a la prensa.

Amorim recordó que Brasil se solidarizó con los países arrasados por el maremoto enviando ya tres aviones con medicamentos y alimentos a Tailandia, Sri Lanka e Indonesia.

«Con toda la conmoción que lo ocurrido en Asia nos provocó con justa razón, no podemos sacar el foco de Haití», insistió el jefe de la diplomacia brasileña, antes de partir a Nueva York para participar el miércoles de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en la isla caribeña.

En esa reunión, convocada por el canciller argentino Rafael Bielsa (cuyo país ejerce este mes la presidencia del Consejo), se debe votar un texto que insiste en el «compromiso a largo plazo y el reconocimiento de la necesidad de implicación de la comunidad internacional» para Haití, explicó Amorim.

Brasil comanda y tiene el mayor contingente (de 1.200 hombres) en la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), compuesta por 6.200 uniformados que tratan de asegurar la transición tras la renuncia del presidente Jean-Bertrand Aristide en febrero pasado, en medio de una violenta insurrección.

En varias ocasiones, el gobierno brasileño se quejó por la demora de la comunidad internacional en enviar la ayuda prometida, y llegó a evocar a posibilidad de retirar sus tropas si no recibe todo el respaldo necesario para favorecer el diálogo político y la reconstrucción económica de la isla.

Amorim llamó a las autoridades haitianas a «promover las condiciones de seruridad para que el diálogo pueda darse» y a la oposición a mostrar «tolerancia y buena voluntad» de cara a las elecciones que deben celebrarse a fin de año.

«No vamos a resolver todo antes de las elecciones, pero es importante que esas elecciones se den en las mejores condiciones posibles. Sabemos que tal vez no serán perfectas, pero serán las mejores elecciones posibles», dijo el ministro brasileño de Relaciones Exteriores.