El nombramiento de Emmanuel Fritz como nuevo embajador de Haití en la República Dominicana marca un hito tras casi tres años de ausencia diplomática. En un contexto de crisis política y social en Haití, esta designación podría abrir puertas para mejorar la comunicación y cooperación entre ambos países.
Este regreso diplomático no solo representa un gesto de estabilidad por parte del gobierno haitiano, sino que también podría ser clave en la gestión de temas sensibles como la seguridad fronteriza, el comercio bilateral y la situación migratoria.
El politólogo e internacionalista Luis González ha calificado este nombramiento como «lo mejor que puede pasar en las relaciones».

Destaca que Fritz es un embajador de carrera con la experiencia necesaria para facilitar un diálogo constructivo entre ambas naciones.
González, aunque reconoce que el gobierno de transición haitiano no cuenta con una base constitucional firme, enfatiza que la situación en Haití es única y requiere enfoques fuera de lo convencional. «Peor es nada», comentó, subrayando la urgencia de avanzar.
En este contexto, destaca el papel del Consejo de Transición, encabezado por Agustin Smith, exembajador de Haití en República Dominicana, como pieza clave en la búsqueda de estabilidad.
Sobre Emmanuel Frits, el experto fue categórico: «Es un embajador de carrera, lo vemos positivo. Esperemos que esto pueda conducir a un diálogo para todo lo que hay que hacer».

El catedrático considera que su experiencia y trayectoria aportarán una visión estratégica que podría abrir caminos para tratar los temas pendientes entre ambos países.
Postura similar mantiene el también politólogo David La Hoz, quien ha valorado positivamente la postura inicial del nuevo diplomático , destacando su enfoque de respeto a las decisiones soberanas del Estado Dominicano en materia de migración.

Según La Hoz, esta posición representa un avance significativo en las relaciones bilaterales entre República Dominicana y Haití.
Además, el experto en política internacional ha señalado la necesidad de que el país priorice sus propios intereses, dejando atrás la estrategia de servir como escudo para terceros estados. En este sentido, La Hoz sugiere que República Dominicana debe tratar a Haití como su mercado natural de producción nacional, evitando involucrar a a otros actores en los asuntos de la isla.