El título de este artículo se lo tomé prestado, sin su permiso, a declaraciones del Lic. Iván Gatón, experto en temas internacionales, en la entrevista del Telematutino 11, y Haití no solo representa una amenaza para la seguridad del país, como destacó el presidente Luis Abinader en su discurso ante el Consejo Permanente de las Naciones Unidas, sino que esa población creciente, estimada ente 2-3 millones, podría convertirse en un factor de riesgo donde pueden reproducirse en nuestro país situaciones similares a las acontecidas en Haití.
Tomemos por ejemplo el caso del medio ambiente, los haitianos deforestaron su país y lo convirtieron en el primer erial del Caribe y aquí están haciendo lo mismo, depredando nuestras áreas protegidas, bajo la inacción de las autoridades, cortando árboles para hacer agricultura de conuco y en combinación con malos dominicanos fabricando carbón para exportar hacia Haití.
Los haitianos han desplazado a los dominicanos de la construcción, la agricultura, actividades informales y están penetrando aceleradamente en las actividades turísticas y esa mano de obra barata y productiva es responsable del retraso en la tecnificación de la agricultura y la industrialización de la construcción.
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De continuar aumentando esa población los presupuestos de salud, educación y ayudas sociales serán insuficientes para ellos y los dominicanos y de hecho estamos observando cómo desde ya compiten en camas y pupitres con los derechos de los dominicanos.
Lo más grave es que en el país hay cientos de asentamientos de ilegales, en ciudades y montañas, donde incluso se trafica con drogas, hay armas y el mejor ejemplo es el “hoyo de Friusa”, ubicado en Bávaro, principal enclave turístico del país; donde las autoridades no se atreven a ingresar y son una especie de territorio haitiano en RD.
Esa inmigración masiva e iletrada va a incrementar los actos delictivos, la formación de bandas, el microtráfico y será fuente potencial de conflictos sociales y el mejor ejemplo fue el asesinato del hacendado Juan José Soto Corniel y dos empleados, a manos de uno o dos trabajadores temporeros ilegales en Puerto Plata, y la reacción natural de la población fue quemar y destruir las casas de un asentamiento haitiano, haciendo huir más de cien familias.
Todo lo que hemos logrado, gracias a la estabilidad política y macroeconómica, al margen de nuestro déficit institucional y la corrupción; como ser la primera potencia turística de la región, uno de los principales socios comerciales de los EEUU en el continente, principal receptor de inversión extranjera de Centroamérica y el Caribe, podría desmoronarse por el lastre de una minoría y mañana una mayoría con vocación a la violencia.
Hay responsabilidad de gobiernos anteriores por la inobservancia de la Ley de Migración, sin embargo la mayor responsabilidad cabe a este Gobierno porque coincide con la toma del territorio por parte de bandas bien armadas, pero las acciones contundentes y anuncios del Presidente sobre el tema fronterizo no acaban de materializarse; por supuesto cabe una gran cuota de responsabilidad a los empresarios, adictos a esa mano de obra barata, sin pensar en el costo para el país a futuro.
De no ponerle un alto a la inmigración y comenzamos a deportar masivamente, incluyendo el desmantelamiento de los asentamientos ilegales, el cáncer de Haití hará metástasis en RD y todos perderemos.