Haití ¿está de moda?

Haití ¿está de moda?

El Centro de Estudios Caribeños, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, dirigido – y lo digo con cierto rubor – por mi hermana Mu-Kien Sang Ben, ofreció los días 24-26 de julio de 2012 el  curso gratuito (sin costo, ¡gracias a Dios en estos tiempos de crisis!)  “Introducción a la historia y a la cultura haitiana” por la Dra. Rachelle Charlier Doucet, antropóloga y con el propósito explícito de ayudar al público dominicano que así lo desea, descubrir la historia y la cultura de su vecino inmediato, la República de Haití. País cercano por la geografía pero al mismo tiempo bastante desconocido, debido a una cierta actitud mutua de mantenerse alejados a causa de hechos históricos dolorosos ocurridos siglos atrás. Así mismo, a nivel mundial, no faltan las “leyendas negras” sobre Haití y la imagen que proyectan los medios de comunicación, las ONG  y cierto discurso político, tienden a pintar Haití como el país de la nada, el país del fracaso absoluto y del caos.  Desde el terremoto, y por varios motivos, las imágenes y los esquemas tradicionales están cambiando y los dos pueblos que comparten la isla buscan entenderse y conocerse mejor. 

Este académico que pretende reseñar  este discreto de paso en la dirección del encuentro de nuestros pueblos, debe confesar que resultó una agradable sorpresa  encontrar a varios de mis alumnos de la maestría  de Historia aplicada a la Educación, recientemente finalizada en la PUCMM-CSTA porque sólo esperaba a los pocos profesores de economía que habíamos hablado del tema. Pero, mucho más sorpresa era encontrar un público de una cuarentena de personas del pueblo e, incluso, algunos dominico-haitianos y varios ciudadanos haitianos  residentes en Santo Domingo pero, principalmente, gente de pueblo motivados por la pastoral haitiana del Episcopado Dominicano.

Esta población y participación masiva llevó a tratar los temas de manera informativa  y formativa sin el rigor ni la profundidad de los académicos, buscando explicaciones a las grandes cuestiones del desarrollo de los pueblos, como bien puso el dedo sobre la llaga el amigo Miguel Ceara Hatton. Las dos cuestiones que levantó ¿Cuándo se distanció el curso del desarrollo de Haití del de República Dominicana? Y ¿cuál es el pensamiento haitiano de la historia militar con respecto a la República Dominicana?) fueron contestados de manera tajante: para ella también es un misterio y para la segunda no percibí una respuesta. ¿Señal de que deben ser temas para próximos encuentros?

La descripción de este curso postulaba que: se inscribe dentro de la perspectiva de favorecer un mejor entendimiento entre esos dos pueblos vecinos, y procurar brindar a luz aspectos de la historia y de la cultura haitiana  poco o mal conocidos por el dominicano corriente. Con este curso se espera que el participante tendrá los instrumentos para enfocar de manera diferente una historia que se puede considerar una de las más complejas y difíciles de América Latina, y una cultura también considerada una de las más ricas de la región. Este propósito se logró. Si pudiese hacerse realidad que este espacio sirva para la discusión sesuda y bien intencionada debe fortalecerse.

Mu Kien reveló que ese fue el mandato que recibió cuando asumió la dirección del Centro de Estudios Caribeños. De mi parte, podríamos continuar estos pensamientos y compartirlos con todos los interesados en el futuro de las sociedades que compartimos la isla Hispaniola. Porque, si Haití no está moda, debe ponerse en la conciencia de todos los dom

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