Hoy 
En el fin de semana, los empleados del consulado dominicano en Ouanaminthe o Juana Méndez, tuvieron que abandonar esa sede y ser escoltados hasta Dajabón por soldados de la Minustah, para evitar ser víctimas de agresiones como ha ocurrido en varios pueblos haitianos.
En la norteña ciudad de Trou du Nord, catorce transportistas dominicanos fueron bajados de sus vehículos a punta de pistola y retenidos por manifestantes que protestaban para demandar agua potable y electricidad. Fueron liberados gracias a la intervención de soldados de las Naciones Unidas.
Las agresiones contra dominicanos en Haití han sido frecuentes, sobre todo contra transportistas que llevan mercancías desde la República Dominicana. A raíz de la retención de catorce choferes dominicanos con sus camiones en Trou du Nord, fue paralizado el transporte de carga hacia el vecino país hasta que fueron liberados los retenidos.
En Haití hay una situación política tensa debido a fricciones entre el Presidente Michel Martelly y el Congreso, que ha abierto una pesquisa para comprobar si el mandatario tiene doble nacionalidad. Se dice que las protestas en Trou du Nord habrían sido promovidas por opositores a Martelly. Las autoridades dominicanas deben estar listas para garantizar la seguridad de nuestra gente en Haití.
Sensación de impotencia
A la fecha de hoy, han transcurrido 72 días del año 2012. En ese tiempo se han cometido 45 feminicidios en el país, según dato aportado por Ana Andrea Villa Camacho, encargada de la Unidad de Violencia de Género del Distrito Nacional. Hasta ahora la frecuencia aproximada ha sido, en términos prácticos, de al menos un feminicidio cada 2 días. La tendencia de ocurrencias de este tipo parece seguir la tónica del 2011.
Mientras esto ocurre, el país continúa sin una fórmula efectiva de disuasión. Es posible que hayan mejorado algunas cosas, como la atención y seguimiento a las denuncias de agresiones y amenazas presentadas por mujeres ante las autoridades, pero la tasa de feminicidios no da muestras ni amagos de descenso. El que así sea, inevitablemente deja una sensación de impotencia que estamos obligados a vencer a fuerza de mejores resultados que los obtenidos hasta ahora.
