En el año 2008, el Gobierno de Haití prohibió la importación de pollos y huevos procedentes de la República Dominicana, tomando como motivo la aparición de gripe aviar A1H1 en  una gallera del lado dominicano. A pesar de que las autoridades dominicanas han mostrado a las haitianas certificaciones sanitarias sobre la inexistencia de la enfermedad y la sanidad de nuestras aves, el Gobierno haitiano ha mantenido la prohibición.

Muchos han sido los perjuicios que para ambos países de la isla se han derivado de esta prohibición. Los haitianos han seguido comprando pollos y huevos dominicanos, pero debido a la prohibición en su país son víctimas de soborno y extorsión por autoridades en  la frontera. Los pollos y huevos dominicanos entran a Haití y son consumidos sin daños para la salud humana ni contagio  para las aves haitianas.

Es absurdo mantener una prohibición que no surte los efectos esperados, pero que perjudica a los haitianos porque los pollos y huevos les salen más caros. La falsedad del argumento sanitario que sustenta la prohibición haitiana sería un caso digno de ser llevado a la Organización Mundial del Comercio bajo la tipificación de traba no justificada al comercio, pues ni siquiera se trata de proteger la producción haitiana de pollos y huevos, que no alcanza para cubrir la demanda interna.

Implantes mamarios

Unos implantes mamarios distribuidos por una firma francesa han causado revuelo en varios países debido a sospecha de que resultan peligrosos para la salud. Nuestro país, en el que la cirugía estética está en auge, no escapa del revuelo y a propósito del mismo, el  Ministerio de Salud Pública afirmó que los implantes en cuestión no tienen permiso sanitario para ser usados en el país.

En semejante situación sería prudente investigar si estos artificios han sido introducidos al país. Salud Pública alertó a médicos y  farmacéuticos que los implantes que distribuye la firma francesa Poly Implant Prothése no están autorizados en el país y recomendó a la población que se interesen  por conocer si los tratamientos o implantes a que son sometidos cuentan con autorización oficial. El caso merece una vigilancia sanitaria especial, dado el auge que tiene en nuestro país la cirugía destinada a mejorar atributos femeninos.