Haití reanuda su ritmo lentamente a pesar de los escombros

Haití reanuda su ritmo lentamente a pesar de los escombros

PUERTO PRÍNCIPE.  AFP.  A media asta, la bandera haitiana ondea desde ayer frente al destruido Palacio Presidencial de Puerto Príncipe y los guardias, que habían desaparecido luego del sismo, ocupan nuevamente sus puestos ante el edificio, que los haitianos llaman «la Casa Blanca».

Enfrente, en un jardín público convertido en gigantesco campamento por quienes quedaron a la intemperie, han sido izadas banderas haitianas y jóvenes descalzos juegan al futbol en un improvisado campo.  Ocho días tras el terremoto que devastó Puerto Príncipe, la vida reanuda su ritmo lentamente. En el centro, el ambiente es más bien distendido porque el reparto de ayuda ha sido organizado. A pesar del fuerte temblor que los despertó la mañana de ayer, la gente del barrio piensa que su situación va a mejorar.

«Lo que hace falta saber es cuándo van a parar todas estas réplicas. Necesitamos saberlo para volver a nuestros hogares», declara una mujer, Léonie.

Varias calles del centro, especialmente cerca del palacio, han sido limpiadas y despejadas de enormes montones de basura, compuestos sobre todo de botellas y bolsas de plástico, que los haitianos quemaban y de los que se desprendía un olor nauseabundo.  En el hospital central, donde el martes aún reinaba un inmenso desorden, con curiosos y familias enteras obstaculizando los pasillos, los soldados estadounidenses de la 82 división aerotransportada han puesto en marcha un estricto control.  Sólo se admiten a aquellos que pueden presentar papeles de identidad que establecen su función médica. «Una camiseta no es suficiente», explica un militar que prohíbe la entrada a numerosos jóvenes vestidos con camisetas que dicen «ayuda médica».

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