PUERTO PRÍNCIPE, (AFP).- Una semana después del paso de Sandy, el gobierno haitiano continúa con dificultades para establecer un balance de los daños causados por el ciclón, en un país que todavía no se ha restablecido del desastre provocado por el sismo de 2010.
«El balance es pesado, rutas y puentes no resistieron y la economía fue duramente afectada. Hay más de 200.000 damnificados y la seguridad alimentaria del país es problemática», subrayó el gobierno al decretar el martes el estado de emergencia en el conjunto del territorio.
Según el último balance disponible en la Dirección de la Protección Civil, Sandy dejó 51 muertos y una veintena de desaparecidos, mientras miles de personas se hallaban todavía en refugios provisorios.
En conjunto con las autoridades nacionales, los expertos internacionales continúan su trabajo de evaluación de los daños causados por el huracán. Hacia mediados de la semana, había regiones aún inaccesibles.
«Lo que más me preocupa es la seguridad alimentaria, que será la consecuencia más grave del paso de Sandy», subraya Johan Pelemen, de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA). El ciclón tuvo «un impacto desastroso» en la agricultura, al producirse justo en una época de cosechas, dijo.
«Alza de los precios de los productos básicos». Las pérdidas en el sector agrícola se elevaron a 104 millones de dólares, según una primera estimación comunicada por el director del Consejo Nacional por la Seguridad Alimentaria (CNSA), Garry Mathieu. Los departamentos más afectados fueron precisamente los que representan el granero del país, dijo.
«En los próximos días, la disponibilidad de alimentos a nivel local se reducirá, lo que llevará a un alza de los precios de los productos básicos», estimó. Tras el paso de Sandy, el gobierno haitiano anunció que unos 8 millones de dólares serían destinados a ayudar a las regiones golpeadas.
«Los prestadores de fondos no deben mirar hacia otro lado y olvidar a Haití, que presenta aún necesidades vinculadas con el sismo de 2010, a las cuales se agregaron ahora las consecuencias del huracán Sandy», proclamó Pelemen. «Habrá que lanzar un llamado a la ayuda internacional, pero por el momento disponemos de agua y alimentos que estaban siendo reservados para afrontar emergencias», agregó.
En el plano internacional, esta nueva catástrofe que afecta a Haití pasó relativamente desapercibida en los grandes medios de prensa, que prefirieron cubrir lo que sucedía en Estados Unidos, fundamentalmente en Nueva York. Venezuela ofreció, sin embargo, un barco y un avión de carga con ayuda humanitaria.
Haakon, el príncipe heredero de Noruega, que se encontraba de paso por Haití en tanto embajador de buena voluntad de la ONU, visitó las regiones inundadas del sur, donde pudo comprobar la magnitud del desastre. «Espero que los socios internacionales de Haití ayuden al país a superar el impacto de Sandy», manifestó.