Haití sigue apagado
Sólo un 25% tiene acceso
a la luz de forma regular

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BOUCAN CARRE, Haití.  AP.  Algunas veces parece que las personas de aquí sólo tuvieran el sol y la luna: un sol cegador que cuece sus casas de barro y luz de luna que junto con parpadeantes lámparas de gas combate la oscuridad de la noche.  

La electricidad llegó hace apenas tres meses al poblado montañoso de Boucan Carre y se va tan pronto como aparece. Sin energía no hay industria, solamente pequeñas granjas y hambre absoluta. Ahora eso cambiará, con la ayuda del sol.   Una oficina haitiana de ayuda acaba de colocar 63 paneles solares que darán energía a las bombas de un criadero de peces, que podría dar trabajo a 100 personas cuando abra formalmente en marzo.  

Boucan Carre es una de las decenas de proyectos en todo Haití donde el gobierno y agencias de desarrollo están utilizando unos 4,500 millones de dólares de ayuda por el terremoto de hace dos años para resolver uno de los cuellos de botella que mantenían al país en la pobreza mucho antes del desastre: una importante carencia de electricidad de cualquier tipo, ya sea plantas hidroeléctricas, celdas solares o generadores de combustible.   Sólo una cuarta parte de los 10 millones de habitantes de Haití tiene acceso regular a la electricidad y el suministro irregular afecta a las empresas y ahuyenta a los inversionistas extranjeros.   La escasez toca casi todo aspecto de la vida haitiana.

Los estudiantes leen a la luz de las velas. Los ricos del país iluminan sus viviendas con generadores ruidosos, un costoso suplicio porque el combustible cuesta 5 dólares el galón en un país donde el 80% de la población gana menos de 2 dólares por día.  

El gobierno del presidente Michel Martelly espera duplicar el número de viviendas rurales con acceso a electricidad ayudando a los pobladores a adquirir sistemas de energía solar, reformando la empresa estatal de energía y renovando el generador más grande del país.

En total, se han destinado hasta ahora unos 240 millones de dólares para proyectos de energía.   “Si podemos abordar apropiadamente el problema de la energía, infundiremos dinámica a todo el proceso de desarrollo en Haití”, dijo Rene Jean-Jumeau, supervisor del Departamento de Energía del país.

La escasez de electricidad “es el mayor obstáculo que impide el desarrollo”.  

En Boucan Carre, unas 6.000 personas viven a lo largo de un río llamado Fonlanfe — profundo como el infierno, en términos coloquiales— que crece en la temporada de lluvias y que los trabajadores de ayuda utilizan para abastecer la granja pesquera, que necesitará un constante suministro energético.

“Tiene que ser confiable porque necesitas electricidad las 24 horas del día”, dijo Valentin Abe, de la Fundación Cosecha Caribeña, la organización haitiana no lucrativa que donará los peces. La organización estadounidense Solar Electric Light Fund (SELF) recibió 500,000 dólares del Fondo Haití Clinton Bush para el criadero de peces.   Los paneles solares y las bombas de energía que extraen del agua desde un río y oxigenan a seis tanques de 12,000 galones llenos de peces.

El oxígeno adicional produce una cosecha de 2,000 a 20,000 peces en un mes.   Luego, los peces son entregados a los campesinos que los crían en un lago cercano.

Valentin espera que las personas que ahora viven con menos de un dólar al día trabajen en pequeñas parcelas y tengan cada uno un ingreso anual de 2,000 dólares, además de una fuente de alimento rica en proteínas.   En otras partes, el gobierno trabaja con bancos para entregar más de 30 millones de dólares en préstamos de bajo costo para que 200,000 familias puedan comprar generadores portátiles que utilizan energía solar.   El objetivo más grande es modernizar la decrépita compañía eléctrica del país, que se come hasta 100 millones de dólares al año en subsidios oficiales, 12% del presupuesto del gobierno.   No ha podido evitar que los haitianos se roben energía pinchando simplemente el tendido eléctrico y tampoco puede dar energía constante a ninguno de sus usuarios, ni siquiera en la capital.  

En Puerto Príncipe, un equipo de carpinteros construye marcos de cama, puertas y ataúdes, todo a mano bajo la sombra de una lona que pende entre árboles.

Francis Pierre, de 55 años, utilizó durante mucho tiempo sus herramientas eléctricas, pero dice que hay poca electricidad.   “Podríamos fabricar más, producir más”, dijo el carpintero.   Las autoridades haitianas optaron porque la Agencia Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés) administrara la compañía eléctrica durante dos años. USAID entregó un contrato al operador eléctrico privado Tetra Tech Inc. de Pasadena, California. La agencia también está reparando cinco subestaciones en la capital haitiana y estudia la posibilidad de utilizar paneles solares para un parque industrial en el norte.  

Uno de los proyectos más grandes es el plan de 48,8 millones de dólares del Banco Internamericano de Desarrollo (BID) para renovar la planta hidroeléctrica Peligre, la generadora más grande de Haití. Ahora opera a menos de la mitad de su capacidad inicial de 54 megawatts porque a su reserva no se le ha dado el mantenimiento apropiado.   La empresa de telefonía celular Digicel, la que más empleo da en el país, ha construido unas 180 lámparas de energía solar en la provincia y espera instalar 1.000 más para el siguiente año. Cada lámpara tiene un enchufe para cargar teléfonos móviles.   Partners in Health, con sede en Boston, ha instalado paneles solares en los hospitales que administra con el Ministerio de Salud y planea construir más con SELF.

“Si nos quedáramos tres horas sin electricidad y el refrigerador no funciona, hay un riesgo de perder el suministro de medicamentos”, dijo Raymond Abraham, un farmacéutico de 30 años de edad en el hospital Boucan Carre, que tiene paneles solares en el techo.

Zoom

Lámparas solares

En Puerto Príncipe, lámparas solares iluminan un sinuoso camino que lleva a los conductores hacia las montañas que rodean a la capital y hacia zonas de asentamientos que surgieron después del sismo.   Pero los paneles solares son costosos y el equipo no siempre es fácil de reparar o muchas de las piezas no siempre están disponibles en Haití.

Control local

El desarrollo energético necesita ser controlado localmente y no ser un vertedero desde el extranjero.

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