Haití vive sumergido en la pobreza; los ricos son pocos

<STRONG>Haití vive sumergido en la pobreza; los ricos son pocos</STRONG>

“Libertad, igualdad y fraternidad. La unión hace la fuerza”, es el lema de la República de Haití, definitivamente bien construido, pero ausente en la realidad de esa nación que, desde la época colonial hasta ahora, enfrenta serios problemas de pobreza. 

Para nadie es un secreto que la República Dominicana es uno de los países que recibe una gran cantidad de haitianos, sobre todo los más pobres. Basta con observar las calles, donde se les puede ver vendiendo frutas, jugos, ropas, frituras y trabajando construcción.

“En un país en desarrollo como Haití se encuentran las clases y sectores sociales vinculados a la formación económica: las personas con la tierra más fértil se encuentra en San Marco (parte arrocera), que son ricos; en la parte de la llanura hay un grupo más riqueza o más poder económico; la parte alta de la montaña donde están los campesinos pobres y una pequeña burguesía ocupada del negocio informal (vende cueros, buhoneros)”, expresa el sociólogo Miguel Reyes.

Agrega que la clase alta es una minoría pero sus recursos no se asemejan a otras partes del mundo. Se concentran en  Puerto Príncipe;  San Martín y Jacmel (ubicada detrás de Pedernales) donde hay unos pocos y en la parte turística de Cabo Haitiano.

“La clase media surge con la llegada del arte naif. En el Mercado Modelo de la avenida Mella, el Malecón y otros lugares de su país vecino, la venta de cuadros, artesanías, es muy común y muchos son  de los haitianos. También  forman parte de esa clase, los profesionales, artistas e intelectuales”, indica Reyes.

Además, hay una clase políticamente dominante, representada por los cuerpos diplomáticos, dentro y fuera de Haití (los ministros, altos burócratas del gobierno), una alta jerarquía religiosa y militar.

No hay clases bien definidas. El historiador César Rosario Paniagua considera que las clases sociales bien definidas en Haití no existen.

“Ese país es el resultado de los negros esclavos procedentes de las costas africanas, generalmente en las primeras dos décadas del siglo XVI, cuando se empieza a implementar un sistema de  `trata de negros´”, explica Rosario Paniagua.

Todas las costas africanas capturaban esclavos para que trabajen en ese país como la mano de obra de azúcar de la producción de esa colonia, en aquel tiempo era Saint Domingue o colonia Francesa. De todos ellos no había una unidad étnica, ni cultural, lingüística, de costumbres. Esa diversidad conforma el pueblo haitiano, por esa conformación dividir la clases sociales es difícil, aclara.

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El terremoto del 2010 complicó más la situación haitiana.

Las clases no son homogéneas. Las clases sociales no son entidades homogéneas sino heterogéneas donde quiera que existan las propiedades privadas existen las clases sociales con diferentes categorías. Una clase pobre o alta no existen en ninguna parte del mundo, son interpretaciones exageradas, no científicas, sociológicamente hablando, especifica Reyes.

¿Existen o no las divisiones de clases sociales? En realidad no hay división de clases sociales: existe un sistema de explotación de desigualdad social pero todas las personas nacen iguales y en un cierto momento encontramos la desigualdad por las normas impuestas del hombre, que son injustas, indica el sociólogo.

Partiendo de lo anterior se puede decir que “la pobreza en Haití se debe a un sistema de explotación de desigualdad económica”.

“Según el esquema de Max Weber, hay tres clases: la alta, media y baja. Pero eso no se acepta científicamente, “eso no existe en la realidad” la división se determina por el modo de producción en los pueblos”, justifica Reyes. 

Actualidad  haitiana. Hoy, en Haití si se puede hablar de clases sociales. Actualmente hay una situación deprimente, predomina una plutocracia, una condición de riqueza con un pequeño grupo y pobreza extrema. Los  ricos no llegan ni a un 20%, la otra cantidad es pobre, señala el historiador Paniagua.

Clases sociales en los tiempos coloniales. Paniagua cree que definir las clases sociales en Haití en primer plano es muy difícil, pero si las hubo para diferenciarse entre los negros y los blancos esclavistas durante la colonización. La colonia francesa de Saint Domingue tenía una composición social de explotación porque predominaba la esclavitud.

“Al principio habían propietarios de los modos y  medios de producción: grandes blancos,  subdivididos en pequeños blancos, sino podían tomar una posición política, se consideraban subordinados  a los grandes blancos y afranchis: hijos de los franceses casados con las mujeres negras, eran mulatos, su padre lo reconocía como su hijo, les daba tierras”, comenta.

Visión externa  de Haití. Reyes apunta: “considerar que en esa nación todos son pobres es una visión externa sobre la realidad haitiana de quien no conoce y no ha estado allá”.  Además, se ignora que hay instrumentos de desarrollo moderno pero no con la misma cantidad, estabilidad, insistencia, de otros países;  hay supermercados para la gente rica, hoteles y villas. A pesar de ser una pequeña minoría.

Éxodo o migración haitiana. «Más del 80% en Haití es pobre y digo un número aproximado porque en Haití no hay estadísticas de nada ni si quiera se sabe la cantidad de personas que murieron después del terremoto del 2010 y eso no ha variado», lamenta Paniagua.

Añade que Haití necesita una transformación, un cambio radical pero el gobierno de los ricos no lo permitirá. Para eso específicamente debe darse  “una revolución de los pobres para que realmente cambien las cosas”.

Pobreza extrema. Haití se considera el país más pobre de toda América. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) la ubica en la posición 145 de 177 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU. Aproximadamente un 70% de la población vive en la pobreza.  

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