Haití y la  hora de  las definiciones

Haití y la  hora de  las definiciones

Haití concluyó de manera aceptable un proceso electoral que empieza a definir el panorama institucional. Hay un Presidente electo, lo que indica que debe haber una sucesión en el poder, que parecerían los pasos previos idóneos para empezar a organizar la vida institucional de esta empobrecida nación, cuya situación empeoró a partir del desastre humano y económico ocasionado por el terremoto de enero de 2010.

Paralelo con el desenlace electoral, la más reciente reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, encabezada por el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha adoptado  resoluciones importantes en cuanto a Haití y el tipo de ayuda que la comunidad internacional le brindará. Una de esas decisiones es enfatizar en la cooperación técnica y disminuir el envío de soldados a ese país. Parecen pasos definidos y firmes hacia el inicio de la reconstrucción.

Es comprensible que la debilidad institucional predominante en Hairtí fuera un serio obstáculo para el flujo de la cooperación. Sin embargo, el paso significativo que representa la elección de un Presidente, lo que cierra un capítulo electoral bastante accidentado, despeja el camino para iniciar la reorganización del Estado y la reconstrucción. La comunidad internacional no tiene ya motivos o pretextos para retener por más tiempo una cooperación que debió fluir a poco tiempo de la tragedia.

Desprotección injustificable

La finalidad esencial de los sistemas de seguridad social es proteger la salud de los afiliados, con mayor énfasis en los más pobres y desvalidos. Pero en nuestro país eso es así en  teoría, pues la realidad es otra muy dolorosa.

Las personas con enfermedades catastróficas no tienen en este país la protección que necesitan. Las ARS no cubren los costosísimos tratamientos a que tienen que someterse para combatir sus padecimientos.

En el Instituto Oncológico Doctor Heriberto Pieter se ven escenas desgarradoras, de pacientes y sus familiares con dificultades extremas para atender sus padecimientos.

Esa es una de las cojeras más dolorosas de un sistema de seguridad social que margina a los más necesitados y que carece de capítulos especiales para hacerle frente a los costos de atención de estos pacientes.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas