Haitiano desalojado de Plazoleta dice fue torturado por autoridades del cabildo

Haitiano desalojado de Plazoleta dice fue torturado por autoridades del cabildo

El haitiano que el Ayuntamiento del Distrito Nacional desalojó de la plazoleta La Trinitaria el pasado 29 de diciembre, Federico Bertrand (Pití), dijo ayer que fue torturado por las autoridades del cabildo, despojado de sus pertenencias y de la mercancía que vendía.

Bertrand dijo que recurrirá al Comité Dominicano de los Derechos Humanos (CDH) para que se le reconozcan sus derechos como inmigrante.

Reside, dijo, en La Ciénaga y negó que en los cuatro años que vivió el monumento a los trinitarios y donde operaba un pequeño negocio, viviera a cuerpo de rey, como tituló un periódico vespertino.

Negó que se dedicara a prestar dinero y que está dispuesto a someterse a exámenes médicos para que se compruebe que no consume drogas, como se ha especulado.

El haitiano, quien asegura que reside en el país desde que tenía seis meses de nacido y que recibe una pequeña pensión del hospital Salvador B. Gautier, alegadamente gestionada por la fenecida doña Emma Balaguer, declaró que las autoridades del Ayuntamiento lo despojaron de RD$5,000 que tenía dentro de un periódico al momento de ser sacado de la plazoleta.

Dijo que ese dinero lo utilizaría para someterse a la quinta cirugía que requiere para volver a orinar normalmente. Mostró las heridas de las demás operaciones.

Agregó que le quitaron un par de zapatos y de zapatillas que poseía, que le dañaron los botones de un televisor y que le quitaron el control remoto del aparato. También declaró que le rompieron el colchón de su cama.

«Todavía esa gente tiene que devolverme mercancía que yo tenía ahí dentro», dijo el haitiano, al momento de acercarse a los periodista que ayer fueron a observar los trabajos de rescate del área que anunció el cabildo que emprendería y que aún no empiezan.

Bertrand indicó que no se llama desalojo la forma como actuaron los policías municipales del Ayuntamiento, sino «tortura humana», tras afirmar que fue golpeado en la frente y en la mano derecha con una arma de fuego, en el momento en que era montado en el vehículo para ser llevado al destacamento municipal.

Precisó que no le interesa volver a la plazoleta La Trinitaria, ubicada en la avenida 27 de Febrero y las calles Josefa Brea, Teniente Amado García Guerrero y la Yolanda Guzmán, en el sector Villa Francisca.

[b]SIN EMPLEO[/b]

Asimismo, el haitiano Pití confirmó que en el Ayuntamiento se le ofreció un empleo, el que no aceptó porque pensó que sería cancelado al poco tiempo y que luego no tendría derecho a demandar al cabildo.

Expresó que fue sacado de la plazoleta con el alegado pretexto de que el monumento sería rescatado, a raíz de una publicación que hizo HOY, pero una semana después, ha visto que lo que se hizo «fue un allante, ya que la plazoleta continúa igual de sucia».

Bertrand responsabilizó al ingeniero José Miguel Martínez, de Gestión Ambiental del cabildo, de lo que llamó «la destrucción de la plazoleta», porque a su juicio, algunos árboles no debieron ser cortados.

Señaló que si tuviera dinero se marcharía a Romanita, en la isla Saona, donde reside su madre, quien cría a su única hija de siete años.

Manifestó que si prestara dinero a rédito, como se dice, se habría puesto los dientes que le faltan. «Todavía creo en la justicia de este país. Reconozco que soy haitiano, pero también soy dominico-haitiano. Mis únicas familias son la justicia y la policía. Espero que se me reconozcan mis derechos. Nunca había pensado en irme de este país, pero después de estar cuatro años en esta plaza y sacarme de aquí a golpes, he pensado en mudarme a otra parte».

Según personas que laboran en los alrededores del monumento, autoridades de migración buscaban al haitiano con la finalidad de deportarlo al día siguiente del desalojo.

Sin embargo, el haitiano de 38 años de edad, sostuvo que no fue deportado porque los funcionarios del Ayuntamiento le encontraron sus documentos de residencia legal. Empero, denunció que los documentos de identidad fueron destruidos por los policías municipales.

De su lado, David Augusto de Bull, quien vive en uno de los edificios que están frente al elevado de la 27 de Febrero, próximo a la plazoleta, deploró la forma como fue desalojado el haitiano, el que dijo no molestaba en la zona.

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