Haitianos buscan refugio en medio de nueva ola de violencia

Haitianos buscan refugio en medio de nueva ola de violencia

Un intenso tiroteo resonó el jueves en un barrio de la capital haitiana que se ha vuelto el epicentro de una disputa entre bandas en la que han muerto al menos 20 personas, más de una docena han resultado heridas y miles más se han visto obligadas a huir esta semana.

Padres de familia sujetaban a sus hijos de las manos mientras portaban bolsas en la cabeza con las pocas pertenencias que pudieron rescatar después de que los pandilleros los expulsaran de sus casas.

Los enfrentamientos que asolan cuatro distritos de la zona norte de Puerto Príncipe constituyen un nuevo punto álgido de la violencia delictiva, la cual crece a medida que bandas cada vez más poderosas intentan controlar más territorio ante el vacío de poder que dejó el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio.

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“Dejé todo atrás”, dijo Kerline Brutus, de 35 años, quien huyó con sus tres hijos de uno de los barrios, Butte Boyer, un distrito tranquilo durante largo tiempo en el que ha vivido más de 25 años.

Tuvo que abandonar a su padre, de 96 años y afectado de parálisis, porque no podía cargar con él. “No sé cómo está, si sigue vivo”, señaló.

Brutus dice que no deja de rezar por él mientras lucha por encontrar un refugio para su familia. Se han estado guareciendo bajo el toldo de una tienda que los protege de la lluvia, pero ella está buscando un refugio más permanente.

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“Parece que este país no tiene autoridades. Nadie acudió aquí a vernos. No sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí ni cuánto va a durar esto”, manifestó, haciendo eco de la frustración de los haitianos por el incremento de la violencia.

Unos 100 agentes de policía con armas automáticas se distribuyeron por el vecindario revisando a la gente y sus pertenencias, pero de todas formas sonaron ráfagas de disparos en las inmediaciones.

El gobierno del primer ministro Ariel Henry ha pasado apuros en sus intentos por mejorar la seguridad, incluso después de recibir ayuda de la comunidad internacional para fortalecer a un departamento de policía escaso de personal y fondos.

Defenders Plus, un grupo local de defensa de los derechos humanos, acusó a los dirigentes políticos de ser negligentes, incompetentes e incapaces de “garantizar una de las funciones básicas de cualquier Estado: la seguridad de su territorio”.

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