Haitianos en RD se mantienen atentos a sucesos que ocurren en su país

Haitianos en RD se mantienen atentos a sucesos que ocurren en su país

La comunidad haitiana en la capital de la República Dominicana se mantiene atenta a los acontecimientos que se producen en su país y que ya provocaron la salida del poder del presidente Jean Bertrand Aristide.

En el sector conocido como «El pequeño Haití», en el barrio San Carlos de Santo Domingo, donde reside una gran cantidad de haitianos, la noticia corrió rápidamente de boca en boca: «Aristide se fue».

Las reacciones fueron diversas, pues como su nombre lo indica, en «El pequeño Haití» se reproduce a escala lo que pasa en el vecino país, ya que mientras unos salieron a celebrar, otros lamentaban lo ocurrido.

Empero, todos coinciden en sus deseos de ver a su patria en paz, que haya estabilidad y que el gobierno que surja a partir de ahora encamine a su nación por las sendas del progreso y mejoren las cosas «para poder volver».

«Esperamos un cambio en la situación política, que la gente pueda vivir en paz, sin problemas, sin necesidad de huir lejos de nuestra tierra», expresó Celicourt Rodney, un joven evangélico que vive en la capital dominicana desde hace algún tiempo.

Entretanto, Joseph Cherubin, director del Movimiento Sociocultural de Trabajadores Haitianos (MOSTHA), afirmó que la salida de Aristide es un paso de avance, pero no significa el fin de los problemas en su país.

Al ser consultado por HOY, Cherubin dijo que ahora procede la formación de un gobierno de unidad nacional por un tiempo mínimo de 15 años, para poner a la nación más pobre del continente americano en el camino del desarrollo.

Marc Eddy tiene varios años trabajando en la República Dominicana, desde que dejó a sus padres y hermanos en Haití y ahora, con la salida de Aristide, ve una luz de esperanza para su retorno a Puerto Príncipe.

Añadió que cuando el ex presidente Aristide fue obligado a salir del poder la primera vez, luego la gente lo esperaba como la tierra seca espera la lluvia, «pero se burló de la confianza del pueblo».

Su amigo Pierre lleva varios meses en Santo Domingo y aún está desempleado, por lo que dijo esperar que las cosas se normalicen en Haití para regresar, porque quiere ser policía.

De su lado, Verona Nadette lamenta la caída del gobierno de Aristide, pues en su opinión el ex presidente haitiano hizo muchas cosas por su país, pero el pueblo no lo entendió.

«Para mí no se resuelve nada con la salida de Aristide. Yo tenía confianza en él», dijo Nadette.

Mientras que Joseph San Louis Kenair dijo que durante el gobierno de Aristide se produjeron atropellos y la muerte de estudiantes, periodistas, y opositores al régimen, «y por eso es que tenían que cambiar a ese presidente, porque el pueblo no podía soportar esa vaina».

En cambio, Julio Alexis, marino mercante, deploró el derrocamiento de Aristide, porque a su juicio, era el único que defendía al pueblo.

Confesó su desconfianza de los líderes rebeldes Guy Philippe y de Jodel Chambelain, por entender que no van a mejorar la situación, ya que cuando estaba Duvalier no se dio ni un paso hacia adelante y ellos formaban parte del poder.

Sostuvo que Estados Unidos fue el principal enemigo del gobierno de Aristide, porque en ningún momento le dio su apoyo.

Tras considerar que los norteamericanos le hicieron la vida imposible al ex mandatario, manifestó que cada vez que los Estados Unidos ven que hay un gobierno que no le conviene, buscan la manera de destruirlo.

Entretanto, otro haitiano que se identificó como Ramoncito, buhonero, cree que uno de los graves problemas de su pueblo es la inestabilidad política y dijo simpatizar con Aristide, por creer que fue un presidente bueno.

Como él, otros residentes en el Pequeño Haití sólo esperan que quienes sacaron a Aristide del poder ahora mejoren al país.

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