Los cientos de haitianos indocumentados que son apresados diariamente en la zona y repatriados a su país, reingresan al país pocas horas después por los mismos lugares por donde entran.
Al parecer los inmigrantes les ganan la batalla al reforzamiento de la vigilancia en la frontera y al aumento de los efectivos militares.
El pasado martes fueron repatriados por Carrizal, al oeste de esta ciudad, 83 haitianos, y el miércoles 202, extranjeros, 168 hombres y 34 mujeres.
Oficiales que prestan servicios en la zona admiten la existencia de una especie de reciclaje con relación a la presencia de haitianos en esta provincia y en San Juan, y admiten que se está frente a un panorama complejo y difícil por más controles que se anuncien.
También reconocen que una parte importante de los haitianos que ingresan a esta provincia para comprar y vender en los seis mercados binacionales que se celebran en iguales lugares de esta provincia, se las ingenien para burlar la vigilancia y quedarse en territorio dominicano.
Inclusive, muchos de los haitianos que son repatriados por el puesto fronterizo de Carrizal, tras cruzar el río del mismo nombre que divide a ambos países, se quedan merodeando en su territorio durante el día, y luego en la noche reingresan por las tantas brechas existentes en la zona.
La mayoría de esos haitianos que son apresados y repatriados no residen en lugares próximos a esta provincia, sino en pueblos distantes, razón por la cual no regresan a sus hogares.
La complicidad. Un oficial que pidió reservas de su nombre afirmó que de ambos lados existen bandas de traficantes, compuesta por dominicanos y haitianos, que se dedican al traslado de los indocumentados hacia diversos puntos de la provincia.
Como la mayoría de los inmigrantes carecen de documentos de identidad, el trabajo de los militares y de la Dirección General de Migración (DGM), se hace cada vez más difícil, según lo admiten los encargados de los organismos de inteligencia del Ministerio de Defensa, S-2, J-2 y G-2.