Haitianos evalúan volver a su país ante repatriaciones

Haitianos evalúan volver a su país ante repatriaciones

Sentadas en su improvisado puesto ambulante de artículos de belleza, Marushka Pierre y su familia se debaten entre quedarse en República Dominicana o volver a su natal Haití de donde salieron hace 15 años, luego de que no lograron legalizar su estatus migratorio en el plazo otorgado por el gobierno.

“Gastamos muchos cuartos (dinero) para nada” en el intento de obtener el permiso de residencia, aseguró Pierre, de 23 años, mientras atiende el pequeño negocio familiar instalado con desvencijadas sillas, viejas tablas y algunas sombrillas para protegerse del intenso sol en una acera del barrio conocido como el Pequeño Haití, en el centro de Santo Domingo.

Asegura que, aunque intentaron inscribirse en el plan e hicieron largas filas durante varios días en las oficinas de registro, las autoridades “pedían demasiados papeles”. El programa de regularización buscaba legalizar el estatus de los extranjeros que viven en el país desde antes de octubre del 2011 sin permiso, en su gran mayoría proveniente del vecino Haití. El plan concluyó a la medianoche del 17 de junio cuando sólo se habían inscrito unas 288.500 personas, 55% del número estimado de inmigrantes.

El proyecto estaba previsto desde 2004, pero comenzó con 10 años de atraso luego de que el Tribunal Constitucional lo exigió en una polémica sentencia en la que también ordenó abrir juicio individuales para anular la nacionalidad de las personas nacidas en el país entre 1929 y 2007 de padres extranjeros sin permiso de residencia, como ocurre con miles de descendientes de haitianos. Una ley posterior, validó la nacionalidad de los afectados por ese fallo.

Aunque el trámite para inscribirse en el programa era gratuito, los solicitantes tenían que presentar documentos notariales y legalizados por la Procuraduría General, lo cual implicaba gastos que podían resultar onerosos. Una canción de Kompás, un popular ritmo haitiano, ambientaba la zona donde tradicionalmente cientos de inmigrantes haitianos venden y compran en las calles diversos productos agrícolas, de limpieza y comida. A diferencia de días previos, en el Pequeño Haití la presencia de inmigrantes era reducida el viernes.

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