Haitianos narran su odisea tras naufragio en el Caribe

Haitianos narran su odisea tras naufragio en el Caribe

Turcas y Caicos, (AP).- Quince inmigrantes murieron, 118 fueron rescatados y 70 seguían desaparecidos en el naufragio de una embarcación precaria atestada de haitianos que huían de la pobreza.

Ese era el saldo cuando la Guardia Costera estadounidense y las autoridades locales concluyeron la búsqueda de sobrevivientes el miércoles por la noche después de una operación de 52 horas que cubrió más de 3.800 kilómetros cuadrados (1.500 millas cuadradas) de océano.

Horas antes de la conclusión de la búsqueda, un hombre haitiano de poco más de 20 años fue descubierto en una isla deshabitada de Caicos Occidentales y fue conducido a Providenciales para suministrarle atención médica, dijo un vocero policial, el sargento Calvin Chase.

No se dieron detalles de su odisea, pero otros inmigrantes empezaron a pintar un cuadro más preciso del desastre.

La embarcación atestada embistió un arrecife de coral y empezó a destrozarse cerca de las islas Turcas y Caicos. En la oscuridad, unos 200 inmigrantes cayeron al agua y trataron desesperadamente de aferrarse a cualquier cosa que los mantuviese a flote.

Joanel Pierre, un muchacho delgado de 18 años, se levantó el miércoles la camiseta para mostrar las marcas que le habían dejado en el cuerpo otros acompañantes en su desesperación por no ahogarse.

«Los que sabían nadar, nadaron», dijo a la Associated Press con voz baja y mirada huidiza. «Los que no sabían, se murieron».

La embarcación azul y blanca zarpó antes del amanecer el sábado atestada de gente que quería de huir del paupérrimo norte de Haití. Sus familias habían ahorrado 500 dólares cada una para enviarlos a lo que los haitianos llaman «del otro lado del agua».

Su destino eran las Islas Turcas y Caicos, un territorio británico que vive del turismo donde hay trabajos en construcción y mantenimiento y a veces la esperanza de un futuro mejor. Pierre quería trabajar como mecánico.

El bote estaba atestado. Varios hombres iban en la cubierta, expuestos al sol abrasador, mientras que otros hombres y las mujeres llenaban la cabina en la oscuridad y al borde de la asfixia, dijeron los sobrevivientes. Pierre dijo que había tanta gente que nadie podía acostarse.

Durante el viaje de dos días los inmigrantes comieron dos veces, arroz y frijoles, y tenían agua potable.

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