PUERTO PRINCIPE (AFP).- Los terribles asesinatos a golpe de machetes y balas de ametralladoras, las barricadas, las casas y pequeñas tiendas incendiadas en los pueblos de Haití han puesto de nuevo bajo los reflectores a un empobrecido país, que busca un nuevo comienzo después de más de 200 años de independencia.

El mundo está nuevamente preocupado por Haití, tal como sucedió durante el régimen del dictador Francois «Papa Doc» Duvalier y su hijo Jean-Claude «Baby Doc»; y como lo estuvo antes de la intervención norteamericana en 1994, luego de un intento de golpe contra el presidente Jean Bertrand Aristide.

Los rebeldes armados protestan contra Aristide y los partidos de oposición política piden que se retire del cargo, acusándolo de haber cometido fraude en las elecciones del 2000 y manejado mal el país.

Las muertes ocurrieron luego de que los rebeldes tomaran varios pueblos a lo largo del país, y los seguidores y oponentes de Aristide pelearan sus propias batallas en las calles.

Naciones Unidas anunció que enviará próximamente una misión a Haití para evaluar lo que las autoridades consideran una inminente y grave crisis humanitaria en el país más pobre del hemisferio occidental.

Sheila Sisulu, sub directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, advirtió que la nueva misión detectará condiciones de miseria en Haití.

«Está en el medio del Caribe, la zona de descanso de los ricos y famosos. Aún así, buena parte de su población vive en condiciones de una abyecta pobreza normalmente asociada con la más pauperizadads regiones del Africa subsahariana» dijo Sisulu, ex embajadora de Sudáfrica en Washington, en un informe publicado la semana pasada.

Según cifras de la ONU, 80% de la población de más de siete millones vive por debajo de la línea de pobreza y Haití cuenta con la más alta incidencia de HIV/SIDA fuera de Africa.

Uno de cada tres niños tiene malnutrición crónica, mientras que 8% sufre de malnutrición.

«A los adultos no les va mejor – los haitianos tienen la mayor deficiencia calórica del mundo, superando incluso a Afganistán y Somalia», dijo Sisulu.

Agregó que la deforestación se ha convertido en un desastre ecológico, considerando que en el país la mayor parte de la gente depende de la agricultura. «En las últimas semanas, los pocos haitianos que lograron sembrar y cosechar sus cultivos los vieron arrasados por las inundaciones».

El país también ha sido muy golpeado por los huracanas en los últimos años.

La coordinadora de la oficina humanitaria también lanzó un alerta el martes. «la inseguridad y la violencia nos hace temer un crisis humanitaria mayor», dijo la portavoz Elisabeth Byrs, en Ginebra. «Los pueblos en el norte son los que han sido más afectado por el hambre y son los más pobres».

El secretario general de las Naciones Unidas Kofi Annan no está a favor de enviar un delegado especial al país, anunció su ofician el miércoles, aunque dijo que una misión especial sería enviada próximamente para evaluar la situación humanitaria.

Desde el pasado miércoles la situación se tensó en varias ciudades haitianas donde la insurrección armada dejó un saldo de 44 muertos.

La oposición política reclama la renuncia del presidente Jean Bertrand Aristide mientras se producen enfrentamientos armados entre bandas rivales.