El ahora senador de la República Antonio Marte es un apasionado de las exageraciones, es un hombre hiperbólico.
Maneja el idioma con gracia, mezclando buenas palabras del idioma español con expresiones propias de las jergas de los oficios que ha desempeñado con bastante eficiencia, desde el comercio hasta empresas de transporte, hoteleras, la ganadería, el sindicalismo y ahora la política partidaria.
Por estas características es uno de los hombres públicos que goza de mayor atractivo para los chicos de la prensa.
El senador Marte acaba de tocar el tema haitiano y lo ha hecho con unas declaraciones tan hiperbólicas que más de un ciudadano ha levantado la cabeza y ha expresado un “bárbaro”. Según don Antonio Marte, el aumento de precios que registran “los alimentos” se debe a que los haitianos se lo están comiendo todo.
Al mismo hecho atribuyó una escasez de alimentos que hasta ahora era desconocida por la opinión pública.
Pero la vocación de don Antonio por la exageración, la desmesura y el exceso aumentó la velocidad cuando dijo que en localidades como Higüey, La Romana y Santiago –no sabemos si los municipios o las provincias— habitan más haitianos que dominicanos, que de cada cinco personas tres son de Haití y las dos restantes dominicanas. ¡Por Dios, senador, bájele algo!
Estas declaraciones y comentarios del próspero empresario del transporte pudieran escucharse y leerse como la exageración de un político que habla de esa manera para poner énfasis a sus palabras, llamar la atención y hacerse escuchar.
Pero es muy probable que esas declaraciones reflejen cierto nivel de fanatismo que hay en algunos sectores de la sociedad dominicana hacia un tema que hay que tratar, hoy y siempre, con la mayor frialdad posible.
Es obvio que don Antonio Marte desconoce cómo empezó la migración laboral haitiana hacia la República Dominicana. Como también parece desconocer los tratados de contratación de mano de obra haitiana de Gobierno-a-Gobierno, así como lo que ha significado este fenómeno como factor de acumulación de capital para importantes sectores de la economía dominicana.
La República Dominicana tiene que regular el ingreso de extranjeros al país, pero debe hacerlo con mesura, firmeza, integridad y sin exageraciones y aspavientos.
Marte, apasionado de las exageraciones, es un hombre hiperbólico
Es obvio que Marte desconoce cómo empezó la migración laboral
Es probable que esas declaraciones reflejen cierto nivel de fanatismo