HaiTroya

HaiTroya

No he leído, confieso mi ignorancia, que hubiera algún vaticinio sobre los posibles resultados de la expedición comercial que llevó los guerreros griegos al estrecho de los Dardanelos, a fin de forzar el libre paso hacia el mar Negro.
La razón económica de aquella guerra fue hermosamente ocultada mediante la leyenda que involucraba la belleza de Helena, esposo del rey Menelao de Esparta, quien nunca fue raptada ni llevada a Troya. En la guerra siempre hay lo que se ve y lo que no se ve.
No sé si los arúspices intentaron o leyeron el futuro a las tropas que viajaron a Troya en las vísceras de los animales. Confieso que no lo sé.
Lo que sí tengo claro es que las ambiciones mueven la historia de una y otra forma y que la vida da señales claras antes, durante y después de que se inicie la violencia.
Los aborígenes del norte de América se comunicaban con señales de humo que eran interpretadas de la misma manera, luego, los ejércitos enviaban sus mensajes con banderas.
Hagamos, pues, un ejercicio que puede resultar interesante, son recientes los acontecimientos: un grupo de haitianos quemó la Bandera Nacional, otro, en otro lugar, bailó sobre la Bandera Nacional la cual fue pisoteada irrespetuosamente, y paro de contar.
Como parte da la invitación a la inmigración ilegal desde Haití hacia República Dominicana está el trabajo seguro y mal pagado, a veces en condiciones de esclavitud, para que trabajadores desesperados por el hambre corten la caña, recojan las cosechas del café, siembren y cosechen el arroz, trabajen en la construcción, en el servicio doméstico.
Es que los trabajadores dominicanos rechazan, naturalmente, la explotación del hombre por el hombre es que una de las formas más eficientes de evitar la inmigración ilegal de haitianos será cuando se les pague el salario justo a nuestros trabajadores.
La miríada de vendedores de todo tipo de chucherías en las esquinas, las pedigüeñas que cargan niños con rostro de hambre, forman parte de la operación dirigida por aquellos que están forzando a la desaparición del Estado Dominicano con la millonaria invasión pacífica al territorio nacional.
Lo de Pedernales no ha terminado, la indignación crece, aquella sociedad se siente burlada por parte del gobierno haitiano, la creación del ejército haitiano y los antecedentes citados más arriba.
¿Para qué ha servido el ejército haitiano? Ha servido como ejército de ocupación, para oprimir al pueblo, para saquear, robar, ejercer la corrupción y el abuso de autoridad. ¡Ahhh!, no lo olvidemos, ha servido para invadir la República Dominicana.
El caballo de Troya lo tenemos dentro, un ejército de jóvenes haitianos que ocupan una buena parte de los trabajos quizá solo espera la orden de comenzar la acción. ¿Quién lo sabe? Mejor previsión, previsión.

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