MADRID (AFP).- Tres semanas después de los atentados de Madrid, una bomba que contenía el mismo explosivo utilizado el 11 de marzo fue hallada el viernes debajo de las vías del tren de alta velocidad Madrid-Sevilla, mientras ya son 15 los encarcelados en conexión con la tragedia que causó 191 muertos.

«Con todas las cautelas y a la espera de análisis, (ndlr: el explosivo hallado) es el mismo que se utilizó el día 11 de marzo», sostuvo el ministro español del Interior, Angel Acebes, en rueda de prensa.

«Presenta la misma textura y color y podría tratarde de goma 2 Eco», precisó Acebes, refiriéndose al explosivo que contenían las 10 bombas que estallaron el 11 de marzo en cuatro trenes suburbanos de Madrid y su periferia.

Tras indicar que la bomba fue desactivada, Acebes precisó que el artefacto contenía 12 kilos de explosivos y que junto a él había un detonador y un cable de 136 metros, pero faltaba el «iniciador» es decir el mecanismo eléctrico o manual que activa la detonación. Ello hace presumir que «han tenido que interrumpir la colocación por la aparición de algún vigilante» en las inmediaciones.

La bomba estaba en una bolsa disimulada bajo la vía del tren en el kilómetro 61, a la altura de la localidad de Mocejón, en la provincia de Toledo (centro).

Según Acebes fue colocada entre las 07H30 locales (05H30 GMT) y las 11H20 (09H20 GMT). Fue entonces cuando un operario dio aviso a la guardia civil que interrumpió el tráfico ferroviario.

El ministro anunció que la circulación por la línea Madrid-Sevilla permanecerá interrumpida hasta el sábado para efectuar tareas de reconocimiento «kilómetro a kilómetro». Una segunda fase en el marco de un amplio dispositivo de seguridad comenzará el sábado, anticipó, luego de reunirse con su colega de Defensa, Federico Trillo.

Efectivos de la policía, el Ejército y de la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (RENFE) vigilarán de forma permanente esa vía férrea y otras estratégicas como la que une Madrid y Lérida (Cataluña, noreste), precisó. En esa tarea participarán además 45 helicópteros, todas las unidades caninas y vehículos todo terreno y blindados del Ejército.

Unos 1.600 viajeros afectados por la interrupción de la circulación ferroviaria que afectó a una decena de trenes, fueron trasladados a sus destinos en autobuses, indicó RENFE.

En cuanto a las investigaciones de los atentados del 11 de marzo, el juez español Juan del Olmo, ordenó el viernes el encarcelamiento de un sospechoso y puso en libertad a cuatro, con lo cual ya son 15 los sospechosos encarcelados, indicó una fuente judicial.

El magistrado de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, decidió enviar a la cárcel al marroquí Otman El Gnaut, a quien tomó declaraciones y luego imputó colaboración o pertenencia a organización terrorista.

El Gnaut, hizo varios trabajos de albañilería en la casa de Morata de Tajuña (30 km al sudeste de Madrid), donde fueron preparadas las bombas que estallaron el 11 de marzo en Madrid.

En cambio, Del Olmo liberó al español Antonio Toro Castro, al marroquí Ayghar Fuad El Morabit y a los sirios Waalid Altaraki Almsri y Mohamad Badr Ddin Al Akkad.

Toro Castro es cuñado de José Emilio Suárez Trashorras, ex minero encarcelado por orden del mismo juez por robo de explosivos y co-autoría en 190 asesinatos.

El Morabit, estudiante de electrónica, fue liberado el viernes después de ser detenido dos veces en poco más de una semana.

Sin embargo, tanto el marroquí como los dos sirios deberán facilitar al juzgado una dirección para ser localizados en cualquier momento.

Hasta el momento, las investigaciones abiertas tras los ataques del 11-M permitieron la detención de 24 personas en España, de las cuales nueve fueron liberadas. El jueves, la justicia española emitió seis órdenes de busca y captura internacional contra cinco marroquíes y un tunecino.

En tanto, la comunidad hondureña en Madrid, celebraba el viernes una misa en memoria de sus dos compatriotas muertos en los atentados del 11 de marzo. Los restos del matrimonio que formaban Saúl Valdez y Laura Lozano, fueron repatriados la semana pasada a su tierra, en San Pedro Sula. De los 191 muertos, una veintena eran latinoamericanos.