Por MAR ROMAN 
MADRID (AP) _ La policía halló unos 100 kilos de explosivos cerca de un automóvil en el País Vasco el jueves, cinco días después del atentado en el aeropuerto de Madrid que dejó un muerto y 26 heridos. 
La dinamita fue hallada en un barril cerca del vehículo abandonado en las afueras del pueblo vasco Amorebieta, y estaba conectada para ser detonada, dijo un portavoz de la policía vasca.

 
El departamento del interior del País Vasco dijo que los explosivos estaban listos para ser usados de inmediato y sólo les faltaba el detonante.
  

Equipos antiexplosivos removieron el artefacto del sitio y lo llevaron a un almacén de la policía, donde esperan instrucciones de un juez para desmantelarlo.
  

La policía que patrullaba la zona notó que ese vehículo llevaba días estacionados en el mismo lugar, y detectó manchas sospechosas en su interior.

Los agentes ampliaron sus pesquisas y hallaron el barril con los explosivos, dijo el departamento.
  

El 23 de diciembre, la policía halló un alijo de armas cerca Amorebieta con unos 50 kilos de explosivos. El hallazgo del jueves fue posible gracias a datos recabados de esa investigación anterior, dijeron las autoridades.
  

Horas antes, el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero había visitado el lugar del atentado en el aeropuerto de Barajas y había advertido al grupo armado vasco ETA que su gabinete y la ciudadanía no serán intimidados por el ataque.
  

La ETA «nada va a conseguir, a nadie va a intimidar»», dijo Rodríguez Zapatero tras visitar el estacionamiento atacado en la Terminal 4, donde pereció un inmigrante indocumentado ecuatoriano y las autoridades temen que otro ecuatoriano desaparecido haya corrido la misma suerte. Además, el atentado dio al traste con los planes del presidente del gobierno de llegar al fin negociado de la violencia etarra.
  

Rodríguez Zapatero, que acudió al lugar cinco días después de la explosión tras reanudar sus vacaciones navideñas en el Coto Nacional de Doñana, en el sur de España, agregó que «la energía que tengo para ver la paz es hoy aún mucho mayor»», aunque no dio a conocer su nueva estrategia para lograrlo ni las medidas inmediatas que adoptará.
  

El presidente del gobierno, tras posar para los fotógrafos, habló con los periodistas menos de cinco minutos y no respondió preguntas.
  

Rodríguez Zapatero, flanqueado por bomberos e investigadores policiales, recorrió las ruinas del estacionamiento de la nueva terminal 4 del Aeropuerto Internacional de Barajas, donde fue detonada una furgoneta el sábado que los artificieros calculan llevaba más de 800 kilos de explosivos.
  

La explosión mató al ecuatoriano Carlos Alonso Palate, de 35 años y su cadáver fue recuperado el miércoles. Los primeros datos indican que murió por asfixia cinco minutos después de la deflagración, según la Policía Nacional. Sus familiares explicaron que Palate estaba dormido en su vehículo cuando estalló la bomba.
  

Otro ecuatoriano, Diego Armando Estacio, de 19, que acudió por separado al aeropuerto y que dormía en otro vehículo en la misma torre de estacionamiento, sigue desaparecido y las autoridades temen que haya perecido, aplastado por miles de toneladas de hormigón armado y acero, o por la fuerza de la explosión.
  

Otras 26 personas resultaron heridas en el atentado, el primero mortal perpetrado por la ETA desde mayo del 2003.
  

Rodríguez Zapatero se reunió el miércoles por la noche con los familiares de Palate.
  

El gobierno, que en junio dijo estar convencido de las buenas intenciones de ETA para negociar y anunció que dialogaría con el grupo independentista, respondió al atentado declarando roto el diálogo con los etarras.
  

Rodríguez Zapatero encara elecciones generales a principios del 2008, y el capital que había invertido en la negociación política con los etarras y su entorno tras años de violencia desapareció con el atentado, ocurrido al día siguiente de indicar el presidente del gobierno que se sentía altamente optimista, afirmando que «estamos mejor en el año pasado y estaremos aun mejor en el 2007»».
  

Un avión militar partió el jueves por la tarde rumbo a Ecuador con los restos de Palate. Las autoridades dijeron que concederán la ciudadanía española a los familiares ascendientes y descendientes de la víctima, y que estudiarán caso por caso el de otros familiares más alejados.
  

La ETA no se ha atribuido la responsabilidad de la explosión pero una persona que hizo una llamada anónima en nombre del grupo a varios organismos de socorro en el país vasco permitió a las autoridades desalojar el estacionamiento en la terminal 4 antes del atentado.