Hoy 
BAGDAD (AP) Fuerzas elite de Estados Unidos encontraron ayer las tarjetas de identificación de dos soldados desaparecidos, al allanar un escondite de al-Qaida 125 kilómetros al norte donde éstos fueron capturados en una emboscada el mes pasado.
En la operación, las tropas estadounidenses encontraron computadoras, equipo de video y armas, pero ninguna señal de los soldados desaparecidos.
Entretanto, el comandante de la infantería estadounidense dijo que fuerzas norteamericanas e iraquíes tienen control pleno solamente de 40% de Bagdad, en el quinto mes de la operación para retomar la ciudad de manos de las milicias chiítas, insurgentes suníes y al-Qaida.
El teniente general Raymond Odierno dijo además que las tropas estadounidenses comenzaron antier por la noche una operación en las peligrosas regiones de Arab Jabour y Salman Pac, en el borde sur de Bagdad
Es la primera vez en tres años en que soldados norteamericanos cruzan hacia los bastiones de al-Qaida, donde los extremistas preparan autos-bombas y lanzan cohetes Katyushas contra bases norteamericanas y barrios chiítas.
El comandante de las tropas en Irak, general David Petraus, dijo durante una conferencia de prensa con el secretario de Defensa Robert Gates que la operación colocaría fuerzas en sitios claves de al-Qaida cerca de Bagdad.
En tanto, una explosión destruyó ayer una mezquita sunita en Basora, informaron algunos habitantes de la ciudad, en lo que representó el segundo atentado de represalia en el último par de días, luego de la demolición de los alminares en un santuario chiíta en Samarra.
La policía iraquí no respondió de inmediato al ataque dinamitero en la mezquita de al-Ashrah al-Mubashra, dijeron algunos testigos, lo que provocó temores de que las fuerzas de seguridad, dominadas por los chiítas no intervengan para detener la violencia sectaria en santuarios sunitas. En tanto, el secretario estadounidense de la Defensa, Robert Gates, visitó Bagdad, donde estaba en efecto un toque de queda para impedir más ataques contra las mezquitas o más represalias. Gates presionaría al gobierno iraquí para avanzar más rápido hacia la reconciliación política y otras reformas cruciales.
