CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, ‘ministro de Salud’ del Vaticano, manifestó ayer, lunes, su enorme satisfacción por el descubrimiento hecho de científicos estadounidenses de la presencia de células madre en el líquido amniótico, lo que evita el empleo de embriones humanos, una práctica fuertemente condenada por la Iglesia.

“Es un descubrimiento que nos suscita alegría y satisfacción. Felicito a los investigadores, porque se trata de un paso hacia adelante, un verdadero progreso porque no daña ningún órgano y no discrimina la vida”, declaró el purpurado latinoamericano en una entrevista al diario La Stampa.

“Es la señal que la Iglesia estaba esperando”, comentó Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Salud, al comentar el descubrimiento.

Según la prensa, los investigadores de Wake Forest y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) lograron extraer células madre del líquido amniótico de madres embarazadas y demostrar que tienen muchas de las propiedades de las células embrionarias para reparar dolencias y regenerar tejidos. El descubrimiento ha sido considerado “una verdadera revolución” para numerosos científicos, que esperan curar así a la humanidad de temibles enfermedades como el cáncer y el Alzheimer.

“Es una revolución. Por una parte se supera el problema ético que generaba el empleo y destrucción de embriones humanos, razón por la cual la Iglesia se oponía a su utilización. Además son células sencillas de aislar, que se multiplican rápidamente y tienen muchos poderes”, comentó a la prensa Carlo Alberto Redi, director científico de la Fundación Ircs San Mateo de Pavía (norte de Italia).

“La Iglesia no es oscurantista y siempre ha estado dispuesta a aceptar los progresos científicos, pero con la condición de que no se manipule la fuente de la vida”, resaltó Lozano Barragán.

El cardenal mexicano, defensor de la vida desde su origen hasta su muerte natural y fuerte opositor de la manipulación genética, recordó que su tarea es advertir tanto a los científicos como a los técnicos más avanzados de que no están solos y que “se responde ante el creador”, dijo.

“Como se dice en español: Si el laboratorio no tiene oratorio, se convierte en crematorio”, comentó.

Según los investigadores, será muy fácil reunir suficientes muestras para almacenar un banco de células madre para proveer las necesidades de transplante de toda una nación.

“Si se tiene un banco de 100.000 especímenes, se podría proveer al 99% de la población estadounidense de una coincidencia genética perfecta para transplante”, señalaron.

“Con este descubrimiento se confirma que fe y ciencia no se contrastan”, dijo Lozano Barragán, quien advirtió que la “fe debe ser observada, porque de lo contrario se crean monstruos”.

El descubrimiento fue ampliamente comentado por la prensa italiana, que elogió a los dos protagonistas de la investigación, Anthony Atala y Paolo de Coppi, los dos de origen italiano.