Hamas y la nueva realidad palestina
Una barrida islámica contra la corrupción y esperanzas frustradas

Hamas y la nueva realidad palestina <BR>Una barrida islámica contra la corrupción y esperanzas frustradas

Comentario Editorial
La sacudida y escala de la victoria de Hamas en las elecciones palestinas de ayer fue casi universal, empezando con el propio movimiento islámico, que no esperaba una riqueza política tan desconcertante. Palestinos e israelíes, además del resto del mundo, deberían reaccionar con cautela y medida ante esta nueva realidad y tratar de darle forma.

Ningún demócrata puede negar que se trató de un torneo limpio. Fue, además, la primera vez que un partido árabe gobernante es desplazado del poder por medios electorales pacíficos. Eso no es poca cosa.. Mientras se valora su significado, debemos recordar también que una mayoría clara de palestinos desean la paz con Israel, y que ellos son las mismas personas que votaron por Hamas, una organización comprometida con su destrucción. Los israelíes deben reconocer el síndrome: la mayoría de ellos quiere resolver el conflicto con los palestinos, sin embargo de manera regular votan por líderes que hacen esto imposible. 

No existe tampoco misterio alguno en por qué Fatah, el movimiento de liberación nacional que hizo ondear la bandera del estado palestina durante cuatro décadas fue rechazado con tanto disgusto. Demasiados de sus líderes se habían convertido en sinónimos de corrupción e incompetencia, disputándose las sobras en medio de la desesperación de su pueblo..

En contraste, Hamas se acepta ampliamente por su honestidad y dedicación, por el valor de sus convicciones de rechazo. ¿Habrían ganado los islámicos si existiera un estado palestino que se extendiera desde la Ribera Occidental con el este árabe de Jerusalén como su capital, en lugar de una ocupación israelí con asentamientos extendidos por el territorio y 400 puntos de control en un área del tamaño de Delaware? No. Hamas ha superado, con mucho, su electorado natural, debido a este estancamiento mortal.

Dicho lo anterior, los palestinos están esperando que el nuevo gobierno que traiga empleos y escuelas, salud pública, recogida de la basura, y seguridad, en lugar de las facciones sin ley en que se regodeó Fatah. Hasta ahora, Hamas ha disfrutado del lujo de la oposición y el aura del martirio; ahora tendrá que gobernar.

Es probable que trate de hacerlo en asociación con figuras independientes, de estatura. Probablemente, Fatah estará demasiado ocupado ahora adaptándose a la nueva circunstancia para unirse a ellos, pero Mahmoud Abbas debe mantenerse como presidente. Él ganó su mandato por separado, hace un año, y mantiene un poder considerable en un sistema presidencialista. Mientras que Hamas se abstendrá de negociar formalmente con Israel, parece estar dispuesto a dejarle la diplomacia al presidente Abbas.

A corto plazo, Estados Unidos, la Unión Europea y los países de la Liga Árabe deben establecer contactos con Hamas, solo si este extiende la tregua con Israel y promete poner fin a los ataques a civiles. Un Israel que no tratara con el señor Abbas, es obvio que sería poco probable que lo hiciera con Hamas. Pero debería reconocer que los islámicos, cada vez más pragmáticos, pueden ofrecer la estabilidad que Fatah no pudo garantizar nunca -pero jamás lo harían si Israel continúa con su proyecto de fijar unilateralmente nuevas fronteras para un estado israelí ampliado a expensas de los palestinos.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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