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LIMA, EFE.- La quinta reunión de la «Iniciativa América Latina y Caribe sin hambre» comenzó hoy en Lima con el objetivo de lograr avances en la erradicación, en una generación, del hambre en la región, que afecta a 53,1 millones de personas.
Quince países asisten durante dos días a este foro impulsado por el Fondo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el que los países comparten sus estrategias para acabar con la desnutrición, y particularmente la desnutrición infantil.
El secretario general de la Iniciativa, Juan García Cebolla, reconoció que la cifra de 53 millones de desnutridos en la región es prácticamente la misma que en 1990, aunque en términos porcentuales sea menor, pero aseguró que habría sido más grave si los países no hubieran comenzado a institucionalizar en sus políticas el derecho a la alimentación.
En este sentido, recordó que en los cinco años de vida de la Iniciativa, seis países han aprobado leyes de seguridad alimentaria, cinco más han incluido en sus constituciones el derecho a la alimentación y hay nueve proyectos de ley sobre soberanía alimentaria: esto hace que un 60 % de los países tengan ya políticas concretas al respecto.
Sin embargo, dijo a Efe que es cierto que las brechas son todavía muy grandes según criterios sociales o étnicos: así, las poblaciones rurales, los afrodescendientes y los indígenas son, en prácticamente todo el continente, quienes sufren en mucho mayor medida los problemas de la desnutrición y el hambre.
Todos estos sectores más perjudicados sufren «procesos de exclusión y desigualdad de muy largo recorrido», y ahí queda todavía mucho por avanzar, reconoció. Del mismo modo, consideró fundamental tomar en cuenta a los pequeños productores para conseguir sacar a las áreas rurales de los niveles de desigualdad y malnutrición.
Los asistentes al foro de Lima insistieron en la necesidad de mejorar el rendimiento agrícola, pero -al menos ante los periodistas- pasaron de puntillas sobre el espinoso asunto de las semillas transgénicas, que enfrentan en la región a los defensores de la competitividad agrícola con los guardianes de la rica biodiversidad latinoamericana.
