MANAGUA, (EFE).- El caos, la desesperación, el hambre y el llanto se han apoderado de los pobladores de la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) de Nicaragua, tras el paso del huracán Félix que causó unos cien muertos, decenas de miles de afectados y grandes daños en el país.
El canal 2 de la televisión mostró imágenes de cadáveres en estado de descomposición flotando en aguas cerca de la isla de Cayos Miskitos, al nordeste de Puerto Cabezas, la capital regional, cuando eran rescatados por unidades de salvamento del Ejército nicaragüense. Mientras, el muelle de Puerto Cabezas permanece aglomerado, día y noche, de cientos de sobrevivientes del meteoro a la espera de sus familiares desaparecidos.
La llegada al muelle de una embarcación de salvamento y rescate, evidenció la angustia.