GAZA,  (AFP) – El primer ministro palestino, Ismail Haniyeh, pidió ayer que ambas partes respeten un alto el fuego en Gaza, donde siete personas fallecieron durante la jornada, pero la propuesta fue rechazada por Israel, que se niega a negociar con los dirigentes de Hamas y exige la liberación de su soldado “sano y salvo”.

“Para salir de esta crisis es necesario que todo el mundo recupere la calma, tomando como base una suspensión de las operaciones militares de ambas partes”, pidió Haniyeh, líder del movimiento islámico Hamas, que domina el gobierno palestino.

Al mismo tiempo, el primer ministro palestino pidió “negociaciones serias” para resolver “por la vía pacífica” el secuestro del soldado israelí Gilad Shalit, capturado por grupos armados palestinos el 25 de junio.

Pero un portavoz de la oficina del primer ministro israelí, Ehud Olmert, recordó que no están dispuestos a “negociar con terroristas”.

“Primero deben entregarnos al soldado sano y salvo y dejar de dispararnos”, declararon, recordando que Hamas ni siquiera ha reconocido oficialmente hasta ahora la existencia del Estado hebreo.

En un comunicado, los portavoces de Hamas advirtieron de que el rechazo al alto el fuego por parte de Israel es un “error sin sentido” y grupos pacifistas del Estado hebreo pidieron a Olmert que aceptara la propuesta de Haniyeh para evitar nuevas muertes de civiles.

El sábado, los tanques israelíes abandonaron la zona del norte de Gaza que habían ocupado tres días antes. Sin embargo, la ofensiva continuó en otras zonas de la franja, sobre todo en la periferia este de la ciudad de Gaza, donde tres miembros de la misma familia, entre ellos una niña de seis años, murieron en un bombardeo israelí el sábado por la noche, según fuentes médicas.

Horas antes en la misma región, otros cuatro palestinos, civiles y activistas, perdieron la vida al ser alcanzados por disparos de tanques o ser blanco de un ataque aéreo.

Según las fuerzas israelíes, la incursión en esta región de la periferia de Gaza tiene por fin encontrar túneles usados por los grupos armados y depósitos de explosivos.

En total, 40 palestinos y un militar del Estado hebreo perdieron la vida en los enfrentamientos que siguieron a la entrada de los tanques israelíes por el norte de la franja de Gaza el pasado jueves.

Con esta ofensiva terrestre, el Israel desea rescatar con vida al cabo Shalit y terminar con los lanzamientos cohetes palestinos de fabricación casera hacia su territorio.

El ejército israelí no realizaba una invasión terrestre en zonas habitadas del norte de la franja desde el desmantelamiento de las colonias de esta zona hace diez meses.

Tras la retirada de los tanques israelíes del norte de la franja, las brigadas Ezzedin Al Qassam, brazo armado de Hamas, celebraron la “derrota” del ejército israelí.

“La operación israelí fracasó porque sus dos objetivos no se cumplieron. El soldado secuestrado sigue desaparecido y el número de cohetes lanzados hacia Israel aumentó”, declaró Abu Obeida, portavoz de estas brigadas.

Desde el inicio de la ofensiva contra Gaza, fueron disparados 17 cohetes palestinos tipo Al Qassam hacia el sur de Israel sin causar víctimas ni excesivos daños materiales.

Los tres grupos armados palestinos que reivindicaron el secuestro del cabo Shalit, entre ellos las brigadas Ezzedin Al Qassam, exigen a cambio de la vida del soldado la liberación de decenas de presos encarcelados en prisiones israelíes, comenzando por mujeres, niños y líderes de facciones políticas.

Sus condiciones fueron hasta ahora rechazadas tajantemente por el Estado  hebreo.

Los portavoces de Hamas, que afirmaron que el militar israelí está siendo bien tratado, aunque su liberación “se ha complicado” debido a la ofensiva israelí en Gaza, insistieron el sábado en que quieren resolver este asunto de forma “pacífica” y “humanitaria”.

En las últimas horas y por primera vez, algunos dirigentes israelíes no descartaron un acuerdo para liberar algunos presos, aunque según parece, sería un compromiso con condiciones acordado con la Autoridad Palestina, presidida por Mahmud Abas, y en ningún caso con el gobierno de Hamas.

Abas, que abandonó este sábado Gaza en dirección a Ramala, en Cisjordania, pidió a la comunidad internacional que haga algo para poner fin a esta ofensiva “inhumana” y garantizó que los esfuerzos para liberar al soldado israelí continúan.

Por último, 65 ciudadanos estadounidenses, la mayoría de origen palestino, abandonaron el sábado la franja de Gaza en autobuses de la ONU debido a la violencia.

Grupos armados palestinos  exigen  liberación de decenas de presos

Los tres grupos armados palestinos que reivindicaron el secuestro del cabo Shalit, entre ellos las brigadas Ezzedin Al Qassam, exigen a cambio de la vida del soldado la liberación de decenas de presos encarcelados en prisiones israelíes, comenzando por mujeres, niños y líderes de facciones políticas.

Sus condiciones fueron hasta ahora rechazadas tajantemente por el Estado  hebreo.

Los portavoces de Hamas, que afirmaron que el militar israelí está siendo bien tratado, aunque su liberación “se ha complicado” debido a la ofensiva israelí en Gaza, insistieron el sábado en que quieren resolver este asunto de forma “pacífica” y “humanitaria”.

En las últimas horas y por primera vez, algunos dirigentes israelíes no descartaron un acuerdo para liberar algunos presos, aunque según parece, sería un compromiso con condiciones acordado con la Autoridad Palestina, presidida por Mahmud Abas, y en ningún caso con el gobierno de Hamas.

Abas, que abandonó este sábado Gaza en dirección a Ramala, en Cisjordania, pidió a la comunidad internacional que haga algo para poner fin a esta ofensiva “inhumana” y garantizó que los esfuerzos para liberar al soldado israelí continúan.

Por último, 65 ciudadanos estadounidenses, la mayoría de origen palestino, abandonaron el sábado la franja de Gaza en autobuses de la ONU debido a la violencia.