Hanna: la historia se repite en las viviendas a  orillas del río Ozama

Hanna: la historia se repite en las viviendas a  orillas del río Ozama

Los fuertes vientos y aguaceros que trajo el paso de la tormenta  Hanna sobre territorio nacional causaron estragos en los barrios ubicados a orillas del río Ozama, donde 25 familias fueron evacuadas y otras 20 perdieron sus pertenencias.

Allí la noticia no es una novedad, ya que los habitantes de Los Guandules, La Ciénaga, Los Tres Brazos y La Barquita están acostumbrados a la entrada de las aguas que colman hasta varios metros dentro de sus casas con cada lluvia.

El solo aviso de mal tiempo genera entre los vecinos una alarma generalizada a la que unos con otros asisten en las evacuaciones y rescate de pertenencias.

 “Sólo sabemos que amanecimos vivos”, expresó Martín Contreras, de 45 años de edad, quien reside en Los Guandules con su esposa y sus tres hijos.

Con sólo asomarse a la ventana de su habitación, puede muy bien observar el  del río y la inclemente entrada de sus aguas.

Desde la noche del martes Martín duerme en un local del Plan Barrio Seguro en el sector  junto a otras siete familias. En una vivienda contigua, otras cinco también son cobijadas por las autoridades.

Un ventarrón derribó decenas de árboles y con ellos los techos de varias casuchas, sin que hubiera reporte de heridos.

La señora Luz de los Santos, de 68 años, es otra de las afectadas pero que ayer cumplió 18 días refugiada debido a la fragilidad de su vivienda en la margen del río Ozama.

 La mujer, que padece quebrantos por la presión sanguínea, se lamenta que desde octubre pasado sobrevive de la caridad de sus vecinos, ya que perdió el pequeño negocio de verduras que tenía en la avenida Duarte con el paso de las tormentas Noel y Olga, el año pasado. 

 Es la misma historia de los vecinos de Los Tres Brazos, La Barquita y La Ciénaga donde hay más de 20 casas inundadas y decenas de desplazados a las viviendas de familiares y amigos.

Aunque se confesaron cansados de escuchar promesas, los habitantes en zonas de riesgo se quejaron que ante el paso de la tormenta Hanna ni siquiera eso recibieron de las autoridades.

Criticaron que también fue nula la presencia de los organismos de socorro, por lo que tuvieron que ayudarse unos con otros a salir al filo de la madrugada.

¿Por qué siguen allí?  No es un instinto suicida o un afán de ser reconocidos a través de  los distintos medios de comunicación lo que mantiene a estas familias en situación de alto riesgo.

  Realmente  no hay otra opción, se trata de familias que han emigrado de pueblos del interior o de otros barrios de esta capital y que la difícil situación económica no les permite optar por un techo seguro.

Zoom

Sin dormir

Vivir en la margen del río Ozama significa perder mucho sueño “en vela” ante los anuncios de lluvias que hacen los organismos de so corro. Los vecinos tienen un  precario sistema de alarma, mediante el cual los que viven más próximos al río suben anunciando a los demás la entrada de las aguas. Todos se quejan de que sólo reciben  la visita de la prensa y de las autoridades en tiempo de campaña.

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