Harald Edelstam: “obedecer la voz del corazón”

Harald Edelstam: “obedecer la voz del corazón”

«Los libros de instrucciones de los diplomáticos están escritos para las condiciones normales, en las crisis se debe usar el sentido común y obedecer la voz del corazón».
Harald Edelstam

GRACIELA AZCÁRATE

Como a “El Clavel Negro”, como a tanta gente nacida a fines de los cuarenta en Latinoamérica, como a tantos jóvenes que vivimos con fervor la sociedad utópica que pensó Salvador Allende, hay una generacion, dirán que derrotada, si quieren dirán que doblada en dos y partida que sigue obedeciendo “la razon del corazón”.

 Sigo como una romántica impenitente recordando aquel anochecer en la Plaza del Congreso,  en Buenos Aires donde la solidaridad de una juventud sana, adorable e ingenua  se reunió aquel  11de septiembre de 1973, en vela para tratar de hacer frente a tamaña derrota.

Eramos jóvenes, vitales  gritando por Salvador Allende, por las alamedas que se abririrían y por los hermanos chilenos que empezaban a vivir  su “noche triste”. Todo fue arrasado, muerto, quebradas las manos de Víctor Jara, muerto el canto de los chilenos humildes.

A pesar de tantas penas uno sigue apostando  por “las grandes alamedas”  que están abiertas, verdes y florecidas para todo aquel que piensa, siente y “obedece la voz del corazón”.

Cierro los ojos y vuelvo a la Plaza del Congreso, corremos con los amigos por las callejuelas huyendo de los gases lacrimógenos, y los soldados que nos persiguen, nos metemos en Bachin, pedimos spaguetis y tira de asado, somos jóvenes, tenemos el mundo en nuestras manos.

Los fascistas “no pasaran”, cantábamos.
Si pasaron . No sabíamos lo que vendría.
Eramos muy jóvenes y muy ingenuos .

Ahora 34 años después ya sabemos y  hemos vivido lo que vendría.

Como Harald Edelstam hay una generación que no tiene voz, que fue silenciada  y derrotada.

Pero…¿fuimos silenciados y derrotados?

Tal vez no. Porque del 11 al 18 de agosto en Monterrey, en el Festival de cine fue inaugurada la película “El Clavel Negro” una producción sueco-danesa mexicana, dirigida por el director sueco Uls Hultberg, filmada en Santiago de Chile que abrió  el III Festival Internacional de Cine y que es un homenaje a  la emblemática figura de Harald Edelstam.

 “El Clavel Negro”, se estrenó en el Aula Magna y es un largometraje sobre la vida del embajador sueco Harald Edelstam, que ayudó a salir de Chile a cientos de opositores en los primeros meses de la dictadura del general Augusto Pinochet.

Despues del golpe militar Edelstam visitó sin descanso diariamente el Estadio Nacional de la capital, que se había convertido en una enorme cárcel por donde pasaron más de doce mil opositores, muchos muertos y otros salvajemente torturados.

 Harald Edelstam, fue el embajador sueco en aquel “tiempo de demoliciones” un  héroe olvidado que salvó la vida de miles de chilenos durante el golpe de estado en Chile.

Miembros del gobierno de Pinochet y las fuerzas armadas tenían bloqueado el acceso al Estadio, nadie podía entrar, excepto los condenados a la tortura y a la muerte.

Los embajadores y diplomáticos tenían prohibido el acceso pero el diplomático sueco usó su ingenio, carisma y determinación y convenció a los militares para que lo dejaran entrar.

Junto a otros diplomáticos decididos a tomar parte en el conflicto, salvaron a miles de chilenos, uruguayos y latinoamericanos de ser asesinados por los militares.

  Sacó a mucha gente del estadio con vida y en una ocasión, se organizó junto a otros embajadores para salvar a cuarenta uruguayos que iban a ser ejecutados. Pudieron salvarlos pero el oficial que permitió sacar a los prisioneros, fue asesinado al día siguiente.     

Harald Edelstam es uno de esos personajes que Bertol Brecht llamó imprescindibles.

Embajador de Suecia durante el gobierno de Salvador Allende y durante tres meses bajo la dictadura de Augusto Pinochet dijo: «Los libros de instrucciones de los diplomáticos están escritos para las condiciones normales, en las crisis se debe usar el sentido común y obedecer la voz del corazón».

”El clavel negro” es un largometraje de ficción sobre el embajador sueco Harald Edelstam, quien asumió una valiente actitud solidaria salvando la vida de miles de personas perseguidas o apresadas por la dictadura de Augusto Pinochet y también silenciosamente ayudando a la resistencia armada.

La película fue rodada casi en su totalidad en Santiago de Chile, durante 2005.

 Harald Edelstam nació en 1937 y su familia pertenecía a la nobleza. Fue reclutado muy joven para trabajar en la diplomacia sueca, primero para el servicio consular. Durante la segunda guerra mundial se desempeñó en las representaciones diplomáticas suecas de Oslo y Berlín. Su sobrenombre de ”Clavel negro” le fue puesto  en Noruega ocupada por los nazis cuando por iniciativa propia se ocupó de colaborar con la resistencia y ayudar a salvar  a miles de judíos.

Después ocupó una secretaría en la Cancillería sueca, siendo designado en 1958 consejero de la Embajada de Suecia en Viena. En la década de 1960 fue nombrado embajador en Indonesia y Guatemala. En Centroamérica estableció una estrecha relación con las fuerzas opositoras a la sanguinaria dictadura militar pro norteamericana y fue amigo personal del asesinado líder guerrillero César Montes.

En 1972, el gobierno de Olof Palme lo designó embajador en Chile y desde un principio demostró su compromiso y simpatía por el proceso popular que había iniciado el gobierno del presidente Salvador Allende.

Cuando se produjo el golpe de estado en septiembre de 1973, Harald Edelstam inició una labor de ayuda a cientos de perseguidos políticos chilenos y exiliados latinoamericanos, abriendo las puertas de la Embajada de Suecia. Era representante del gobierno de Cuba y dedicó días y noches en salvar vidas y darles refugio en ambas sedes diplomáticas, al tiempo de convencer y presionar a otros colegas del cuerpo diplomático extranjero de la necesidad de que también abrieran sus embajadas para refugiar a más personas en peligro de vida.

Se estima que entre los meses que van de septiembre a diciembre, hasta que la dictadura lo declaró persona non grata y lo expulsa del país, le salvó la vida a más de mil personas, entre ellas a una cincuentena de exiliados uruguayos que estaban prisioneros en el Estadio Nacional y que seguramente sin su mediación hubieran sido fusilados o desaparecidos.

Además, usó su inmunidad diplomática para ayudar a la resistencia popular chilena contra la brutal dictadura que había derrocado a un gobierno elegido por el voto mayoritario de sus ciudadanos.

 La intensa actividad desplegada por el embajador desató la ira de los militares fascistas y la sorda oposición en el mismo Ministerio de Relaciones Exteriores en Suecia, donde consideraron que él ponía en ”riesgo los intereses del país actuando en forma poco diplomática”.

El director de la película Ulf Hultberg, quien investigó su vida en profundidad narró en una entrevista que Edelstam a su regreso de Chile fue conscientemente menospreciado y relegado por sus colegas de la Cancillería. Durante un tiempo no fue designado para ninguna embajada  y finalmente se le nombró embajador en Argelia, un cargo que nadie quería aceptar.  Falleció en 1989 en más absoluto olvido.

 Los únicos que sí lo recordaron agradecidos fueron los exiliados políticos quienes  junto a los Comites chilenos lo recibieron para agradecerle con múltiples actos realizados en los campamentos de refugiados. El otro merecido homenaje que Harald recibió en vida, se lo dio el gobierno y pueblo de Cuba cuando lo invitaron a un gigantesco acto en solidaridad con Chile y de homenaje a Allende, realizado en La Habana en 1974.

La película se cierra con una entrevista televisiva de la época al propio Edelstam sobre su actuación como embajador en Chile. La existencia de un diplomático del tipo de  Harald Edelstam es un buen ejemplo de la posición que Suecia tuvo internacionalmente, y que por desgracia hoy ha abandonado.

Edelstam  y Suecia representan la solidaridad y el compromiso que había en las décadas de 1970 y 1980, dice el director cinematográfica Ulf Hultberg.

Fuentes:

Entrevista con Ulf Hultberg, director de ”El clavel negro”
Pepe Viñoles. Semanario Liberación, Suecia
Harald Edelstam, un héroe en el olvido

Publicaciones Relacionadas

Más leídas