POR MANUEL JIMÉNEZ
HIGUEY.– El gobierno iniciará a más tardar en marzo próximo la construcción del acueducto múltiple Higüey-Bávaro que costaría US$140 millones, informó ayer aquí el director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarilados (INAPA).

El ingeniero Víctor Díaz dijo que los estudios de factibilidad de la obra están prácticamente concluidos y que los fondos serán facilitados en calidad de préstamo por el gobierno de Venezuela a través del Acuerdo de San José.

Díaz hizo el anuncio momentos después de que el presidente Leonel Fernández concluyera un almuerzo con el obispo de la Diócesis de la Altagracia, monseñor Nicanor Peña y directivos del Patronato Pro Desarrollo de Higüey.

En el almuerzo en la sede del obispado se discutieron problemas que afectan la provincia, entre ellos la falta de agua potable.

El director de INAPA dijo que el acueducto tendrá la obra de toma sobre el río Sanate.

Díaz explicó que se trata de una obra que abastecerá de agua potable a la población de Higüey y el complejo turístico de Bávaro.

El presidente Fernández viajó en helicóptero a esta población acompañado de su esposa Margarita Cedeño de Fernández para asistir al tradicional Tedeum en ocasión del Día de la Virgen de la Altagracia, Madre Espiritual del Pueblo Dominicano. Al acto religioso asistieron otros funcionarios civiles y militares.

En su homilía, Monseñor Peña se refirió a la crisis de abastecimiento de agua que afecta a Higüey, así como a otros problemas relacionados con los damnificados del huracán Jeanne, para quienes pidió el auxilio del gobierno.

El obispo Peña pidió también a los dominicanos implorar la bendición para que “podamos salir de los problemas que nos quejan tanto en el orden político, social y económico. Se refirió a problemas tales como el desempleo, la inflación, que aunque ha mejorado ligeramente no deja de preocuparnos.

Citó también los precarios servicios de energía eléctrica, el problema del agua potable que en esta provincia de La Altagracia afecta de manera sensible a todas las comunidades, especialmente a los barrios marginados.”

El obispo se refirió también al problema de los presos, pues todas las cárceles del país están superpobladas.

Dijo que originalmente la cárcel pública de Higüey fue construida para 60 reclusos, pero en la actualidad alberga más de 500.

También  señaló la falta de viviendas, pues a raíz del paso del huracán Jeanne muchas casas de comunidades y barrios fueron deterioradas y otras arrasadas por las crecidas de los ríos y arroyos.

“Necesitamos la bendición de Dios para ir en ayuda de los damnificados del huracán, pues aunque ya no están refugiados, siguen siendo damnificados”.

Dijo que la solución que se le dio al problema no fue la más adecuada, pues de manera inmisericorde se les han destruido sus casas.

No se informó qué decisión adoptó el presidente Fernández frente a los pedidos del obispo. El gobernante no quiso hablar con los periodistas.