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PUERTO PRINCIPE (AFP).- Las tropas franco-estadounidenses que patrullan la volátil capital haitiana se preparan para más manifestaciones en apoyo al ex presidente Jean Bertrand Aristide y presionan al líder rebelde Guy Philippe para que cumpla su promesa de desarmarse.
Uno de los jefes de la oposición política, Evans Paul, llamó a realizar una manifestación hoy domingo frente al Palacio presidencial, una semana después de la renuncia y la partida al exilio de Jean Bertrand Aristide, bajo la presión de Estados Unidos y Francia.
El viernes varios miles de partidarios del ex presidente, venidos desde los barrios más pobres de la capital, manifestaron cantando consignas contra Estados Unidos y Francia frente al palacio Presidencial y reclamando el regreso de Jean Bertrand Aristide.
Sus responsables indicaron que organizarían una contra manifestación el domingo para responder a la que realizará la oposición.
Este sábado la calma se imponía en el centro de la capital mientras las patrullas estadounidenses y francesas vigilaban las calles a pie o a bordo de vehículos 4×4 y acompañados por policías haitianos, según constató la AFP.
Sin embargo, los pillajes continuaban en la periferia del suroeste de la capital, indicaron testigos a la AFP.
Militares estadounidenses y franceses fueron desplegados el viernes de noche en Puerto Príncipe. Marines norteamericanos tomaron posición para proteger las terminales portuarias, saqueadas estos últimos días, sobre todo la Haití Terminal, una de las más grandes del país.
«Es catastrófico, sólo 30% de los 1.500 a 2.000 contenedores se salvarán», declaró a la AFP el responsable de la terminal, Georges Roumain.
Mientras tanto, nuevos saqueos perpetrados por partidarios armados del ex presidente Jean Bertrand Aristide, los «chimeres», tuvieron lugar durante la noche del viernes al sábado, particularmente en el barrio de Martissant, donde fueron saqueados depósitos de arroz.
Por su parte los insurgentes al mando de Philippe no se han manifestado, pero siguen sin proceder a desarmarse, pese a las promesas de sus jefe.
El viernes el general estadounidense James Hill, jefe del comando meridional y a cargo de las tropas que su país envió a Haití, lanzó un llamado a Philippe para que haga efectiva su promesa.
«Hasta donde sé, Philippe está aún en la ciudad y seguimos trabajando con él para que deponga las armas, tal como lo prometió, y creemos que lo hará», declaró.
El general abandonó Haití el viernes tras una reunión con el presidente interino, Boniface Alexandre y luego de enviar soldados estadounidenses a la parte norte del país.
«Fuimos a Cabo Haitiano y a Gonaives y hemos realizado un estado de situación con las fuerzas especiales que están bajo nuestro mando y seguiremos haciéndolo», dijo.
La fuerza multinacional, actualmente compuesta por unos 2.500 soldados de Estados Unidos, Francia, Canadá y Chile, constituye un elemento de avanzada de la fuerza de paz de las Naciones Unidas que estaría operacional en dos o tres meses más.
Su prioridad es estabilizar la situación en Haití, recordó el general Hill, al rechazar una de las reivindicaciones de los rebeldes que solicitaron el restablecimiento del Ejército, del que salió una gran mayoría de ellos.
Para el general, «no hay necesidad de un Ejército haitiano. Estuve allí cuando el presidente Aristide lo disolvió y era lo que había que hacer en ese momento», afirmó.
El ex presidente Aristide decidió en 1995 la disolución del Ejército luego de retornar al poder gracias a una intervención estadounidense tras ser víctima de un golpe de Estado.
Por otra parte, el viernes quedó conformado un Consejo de siete miembros encargado de proponer a la presidencia provisional un nuevo primer ministro, según anunció la Organización de Estados Americanos (OEA) en Puerto Príncipe.
Este Consejo, cuyos integrantes representan la diversidad de la sociedad haitiana según la OEA, deberá presentar una candidatura para el cargo de primer ministro al presidente interino y luego aconsejar en la conformación del nuevo gobierno.
