Si una autobiografía pudiese desentrañar lo que ha sido Hollywood en las últimas tres décadas, sería seguramente la de Harvey Weinstein. Pero a falta de ese libro, buenas son las pinceladas que el productor neoyorquino dejó hoy durante una charla en el Festival de Tribeca.
En poco más de una hora, Weinstein contó al público cómo se enamoró del celuloide viendo «Los 400 golpes» de Truffaut, cómo logró producir «Good Will Hunting» o los problemas técnicos con los que se está encontrando el último rodaje de Quentin Tarantino.