Ese “confuso incidente”, como le dice la PN, sucede desde siempre
Como si de sicarios contratados por un capo de la droga se tratara, los agentes de una patrulla policial acribillaron sin compasión a Elizabeth Muñoz y Joel Díaz, una pareja de predicadores que salía la noche del martes pasado de una campaña cristiana en el municipio de Villa Altagracia, San Cristóbal.
En lo que la Policía califica como un “confuso incidente”, como ha hecho siempre, los agentes dispararon sin mediar palabras al automóvil: sin pedirles que se detuvieran, sin averiguar quiénes eran, sin darles el derecho de hablar.
Ojalá pronto podamos escuchar el testimonio de otros dos predicadores que iban con ellos y están heridos.
Aunque la Policía dijo inmediatamente que no tolerará que los agentes cometan ninguna acción que viole las normas y leyes, lo que se traduce en que pondrá a la disposición de la Justicia a los culpables de demostrarse su responsabilidad, llama la atención que la reacción solo se produce porque no eran delincuentes.
Y es que, si se tratara de “antisociales”, la Policía suele mirar hacia otro lado. No es casualidad que, como le explicó Emmanuel Bautista a Edith Febles ayer, los agentes salieron de la maleza de repente, disparando, sin hacer un mínimo por detenerles.
¿Así es que salen a atrapar a los que delinquen? ¿Disparar a mansalva se puede normalizar? ¿Hasta cuándo?
No hay delito que pueda justificar lo que ha sucedido. No hay manera de entender que se dispare así a nadie.
Eso tiene que acabar. ¿Cuántos más tienen que morir en medio de estas confusiones? Ya está bueno de que nos mate quien nos debe proteger.
La Policía dispuso la suspensión y puso en manos del Ministerio Público agentes que participaron