¡Hasta cuándo señores legisladores! Nos quedaremos sin metales

¡Hasta cuándo señores legisladores! Nos quedaremos sin metales

Debemos admitir desgraciadamente, que somos un país presidencialista en donde los poderes tripartitos del Estado Dominicano están subordinados y concentrados en el Poder Ejecutivo, cuyos designios son cumplimentados a pies juntillas por funcionarios cuyo único mérito a veces es pertenecer al partido político que actualmente rige los destinos del país.

Nos habíamos prometido no volver a escribir sobre el tema del robo de metales, pero ante la insólita y descabellada defensa de la exportación de metales y chatarras realizada por el director del Centro de Exportación e Inversión, CEI-RD, señor Eddy Martínez -por si acaso, no nos unen lazos familiares- ante el Congreso el día 18 del recién pasado mes de julio, cuando afirmó: “que dicha exportación ha generado  al país US$173 millones, cifra diez veces mayor que lo que se percibe por concepto de café”. Esta puerilidad solo puede ser expresada por alguien con un marcado interés en ese lucrativo negocio que significa permitir la  exportación de metales y chatarras. Esa defensa a rajatablas de ese encumbrado funcionario, debe ser una de las razones por la cual todavía no se ha dictado un decreto o una ley prohibiendo dicha exportación, ya que en nuestro país no existen minas de aluminio, cobre u  otros tipos de metales ferrosos, que no sea el ferroníquel y éste se envía al exterior en briquetas.  Sin embargo, el café es un fruto natural dominicano producido por un arbusto, cuya poción además de aromática es energizante  y tiene la virtud de conservar los suelos para evitar su degradación.

¿Habrá cuantificado el director del CEI-RD cuánto pierde el país cuando importa una lámpara de aluminio y el panel solar y se exporta como chatarra?  Solamente debe ir al p uente Mauricio Báez sobre el río Higuamo y comprobar cómo expertos metaleros se robaron nueve pedestales de aluminio y todos los paneles solares.  ¿Y los rolos metálicos del puente en Haina que tuvo que ser clausurado y levantar uno nuevo en cemento que costó más de cien millones de pesos? En esa ocasión los rolos se encontraron en una metalera cerca del lugar del hurto y no se tomaron medidas drásticas contra esa empresa comercializadora de metales robados. ¿Por qué sería?                                                   

¿Cuál será el costo de reparar los cables que rompieron en el puente Duarte y que pudo causar el colapso de la estructura originando una gran tragedia?  Los  organismos de seguridad del Estado, tan eficientes para descifrar crímenes y delitos, en esta ocasión han permanecido en silencio, lo cual puede interpretarse como un encubrimiento de algún “jorocón”.

El problema ha llegado a tales extremos,  que ya no se respetan ni los símbolos patrios, las estatuas, las tarjas, letras y hasta los contadores de luz y agua para sacarle unos componentes de cobre que tienen.  Así vimos con impotencia cómo la espada en bronce del héroe de la Restauración Gregorio Luperón fue segueteada y robada.  Lo mismo ocurrió en el cementerio de la 30 de Marzo de Santiago con el machete que tenía el eminente botánico sueco Erick Leonard Ekman. La tarja en la estatua de la Soberana, Casandra Damirón, en la avenida W. Churchill.  Insólito pero cierto, frente al Palacio Nacional, el busto del patriota del Uruguay Artigues, desapareció por arte de magia, sin que los celosos guardianes del Palacio notasen ese denigrante hurto.  Igual sucedió con la estatua del padre de los Estados Unidos de América George Washington en el malecón, cerca del hospital Reid Cabral.  Ahora mismo, los ladrones están en el proceso de dejar sin verja el Jardín Botánico, el parque del Conservatorio y las barandillas de muchos de los puentes recién inaugurados por el presidente Fernández.

Entonces nos preguntamos  ¿Tendrán los cleptómanos que despegar y llevarse la verja del Palacio Nacional para que se dicte al menos un decreto sobre la prohibición de la exportación de metales?  A nuestro parecer eso sería lo mejor que pudiera pasar antes del 16 de agosto próximo, para que nuestro presidente electo cumpla con su eslogan “hacer lo que nunca se hizo” y por supuesto, nombre funcionarios que le duelan los bienes de nuestro país.

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