Pero para las causales no existe la misma voluntad política
Cuando el presidente Luis Abinader nombró a Wellington Arnaud como director del Instituto Nacional de Agua Potable (INAPA), a pesar de que violaba la ley No. 5994 que crea el organismo, no lo pensó: la necesidad de que él estuviera ahí, tal como lo dijo al defender la designación, hizo que se sometiera una modificación a la ley. La pieza se aprobó sin chistar en el Congreso Nacional y ahí él está.
En noviembre del año pasado, cuando el tema del presupuesto era un verdadero dolor de cabeza, Abinader no dudó reunirse con los senadores para hablar del tema. Fue el día tres para ser exactos y todo le salió a pedir de boca.
Otros casos que vale resaltar son el de José E. Marte Piantini, nombrado como presidente de la Junta de Aviación Civil (JAC), a pesar de que se estaba violando la ley 491-06 de Aviación Civil en su artículo 210 que establece que el presidente y el secretario deben tener experiencia comprobada por más de cinco años en materia aeronáutica (algo que él no tiene); y recientemente al nombrar a Eddy Alcántara como director ejecutivo del Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), puesto que la ley establece que debe ser elegido en una terna sometida por el Consejo Directivo, lo que no sucedió.
En resumen, cuando ha querido algo, el Presidente lo ha hecho: ni las leyes han sido un obstáculo para él. Es por eso que sorprende que la vida y la dignidad de las mujeres valgan menos que cualquiera de esos nombramientos. ¿Por qué, aunque dice estar a favor de las causales, no hace lo mismo? ¡Pensar que fue una promesa de campaña¡ ¡Qué farsa la tuya, Luis!
El Presidente nos engañó cuando dijo en campaña que había que resolver el tema de las causales