América Latina es ingobernable, la mayoría no desea someterse a las autoridades. Es tan así, que preferimos salir del país e irnos a otras naciones donde ya existe el orden para someternos a las leyes establecidas en esos países. No hemos podido construir in espacio vivible y con oportunidades. El problema es que somos fruto de una historia de caudillismo, de dictaduras, de despotismo y de acciones que generan desconfianza y pobreza. Y es precisamente lo que está pasando en la República Dominicana, somos expertos en temas políticos; sin embargo, no usamos el ejercicio de la política para realmente gobernar con una perspectiva de desarrollo e institucionalidad. ¿Hasta que día seguiremos así?
Muchas veces nos sentimos como se sintió Simón Bolívar: “me siento que he arado en el mar y he sembrado en el viento..”. Algunos dominicanos, al repetir esa misma frase que expresó Simón Bolívar, queremos expresar el desasosiego que nos genera algo que hemos soñado desde la muerte del dictador Trujillo, y que no hemos podido ver nuestro sueño completado. Hemos luchado de forma intestina para mejorar la situación, muchos de nuestros familiares murieron por un sueño, y hoy seguimos, no con una dictadura, pero con una anarquía institucional que paraliza y atrofia cualquier proyecto de beneficio para el pueblo dominicano. ¿Hasta que día seguiremos así?
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El pueblo no se sujeta a las leyes establecidas, las autoridades abusan de su poder, creando resistencia y desobediencia civil. Cualquiera con un “pedacito” de poder lo maximiza y emplea un ejercicio que se convierte en un exceso de poder, usándolo para su propio bienestar. Es como vivir en una selva donde gana el que tiene más influencia y más poder. El dinero se ha convertido en el centro de la democracia, en las ruedas de los Poderes del Estado, las autoridades actúan escuchando las órdenes de esos que se encuentran ocultos en las oscuras rejillas del poder que no se ve pero si actúa e incide. Y es en este contexto que nos han hecho creer que mi partido o aquel partido están interesados en resolver las crisis que por generaciones nos han afectado. La historia dominicana nos ha mostrado que los que nos dirigen son aquellos guiados y sostenidos por fuerzas antagónicas a una real transformación. ¿Hasta que día seguiremos así?
Nos hemos perdido en caminos claros, nos hemos ahogado en aguas no profundas, nos hemos lanzado en el fuego de la destrucción sabiendo los resultados funestos. Hemos decidido seguir líderes que sólo desean llenar su vacío existencial a través del poder y de los aplausos que generan los ignorantes. No nos hemos dado cuenta que vivimos en un país con una “percepción” muy alta de inseguridad; todavía tenemos muchas comunidades sin agua; la energía no es estable; el agua se ha convertido en un negocio; en general, el nivel de vida es muy precario. Y yo me pregunto: ¿Hasta que día seguiremos así?
¿Hasta que día seguiremos así? Hasta que el pueblo se despierte y se levante, y no con armas, más bien con una clara conciencia que autorice (empower) a las personas más indicadas para gobernar y administrar los bienes de todos los dominicanos que pertenecen al suelo Quisqueyano. ¿Hasta que día seguiremos así? Hasta que entendamos que los partidos convencionales ya están gastado, y que ya no pueden ofrecer más de lo que hasta ahora han ofertado. ¿Hasta que día seguiremos así? Hasta que tú y todos nosotros decidamos involucrarnos para “señorear y gobernar” de forma correcta, directa y estricta.