¿Hasta qué punto son normales las peleas entre hermanos?

¿Hasta qué punto son normales las peleas entre hermanos?

Las peleas entre hermanos se dan por el simple motivo de la convivencia diaria. Es un proceso natural que resulta beneficioso, ya que de aquí se desprende el aprendizaje de las habilidades sociales.

Los factores y causas pueden ser variados y depende de la visión que tenga cada hijo o hija de lo que pasa y de cada sistema familiar.

La psicóloga clínica infanto-juvenil Arisleydi Sánchez Guzmán, del Centro Vida y Familia Ana Simó, explica que uno de los factores más comunes es la competencia entre sí, sentir preferencias por alguno de los padres, celos, compartir los juegos y otras pertenencias.

Ella indica que los padres deben ser realistas con sus expectativas en el caso de la relación de hermanos. “Esperar que los hermanos se apoyen y se quieran en todo momento no es una expectativa realista”, asegura.

La especialista señala que las peleas como resultado de los conflictos filiales se consideran normales, y la frecuencia tiende a ser alta, principalmente entre los 4 y 10 años de edad. “Ahora, cuando esta situación genera de forma constante un malestar familiar debemos prestar más atención y quizás buscar ayuda”, resalta.

Manejo. Sánchez Guzmán aconseja que los padres dejen que los hermanos resuelvan el conflicto solos; dice que únicamente deben intervenir cuando se llegue al nivel de agresiones físicas o verbales; y en ese caso, entrar solo a separarlos; no cuestionar quién comenzó y no culpar a nadie; enviar a cada quien para su habitación, o separarlos de espacios en la misma casa; retirarles a todos los implicados el objeto por el que pelean; evitar utilizar las posiciones de hermanos para corregir (más pequeño, mayor, menor, más grande, etc.).

“Evita poner etiquetas y roles definitorios a cada hijo: el inteligente, el rebelde, el tranquilo, etc.; no le digas a los hermanos que deben amarse o quererse. Eso enfatiza el momento problemático y tiene el efecto contrario. Nadie acepta amar obligado; escucha sus quejas sin opinar y recuérdales que la regla número uno es que los hermanos deben respetarse y no maltratarse”.

Consideraciones. “Teniendo la misma crianza los hermanos son seres individuales, cada uno competirá por la atención de los padres, por imponer sus deseos, por diferenciarse”, asegura.
Arisleydi Sánchez indica que es un error educar de la misma forma a todos los hijos. Con esto no se reconoce su individualidad en carácter, temperamento, personalidad.

“Los hermanos enseñan a negociar, aceptar deberes y derechos, tolerar y, lo más importante, a perdonar, a olvidar. También propician el compañerismo, a sentir la importancia de estar acompañados, compartir, trabajar en equipo…”, asegura.

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